Un funcionario de la Armada fue sentenciado ayer a una pena de 61 días y a la accesoria de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena, “como autor del delito de amenazas no condicionales, perpetrado en una situación de violencia intrafamiliar, el 12 de marzo de 2010”. La pena es con el beneficio de la remisión condicional y por ello deberá firmar un año en Gendarmería. Además, el uniformado fue condenado a pagar las costas de la causa y le quedó absolutamente prohibido acercarse, durante un año, a la víctima, “dondequiera que ésta se encuentre, y a su domicilio”. Asimismo, y por igual espacio de tiempo, el juez Juan Villa le impuso al sentenciado, “la prohibición de portar y tener armas de fuego, por un año”.
Esta persona (de la cual no damos a conocer la identidad para proteger a la esposa y la hija), fue encontrada culpable de golpear brutalmente a su mujer, quien lo denunció cansada de seguir soportando los maltratos y seguidilla de agresiones.
Al inicio del juicio, la fiscal Alejandra Guevara dijo que ratificaba el contenido de la acusación, en todos sus términos. Mientras que el defensor, Guillermo Ibacache, argumentó que la agresión no existió y que constituyó “una artimaña o maquinación urdida por la supuesta víctima para vengarse de su marido ante la decisión de éste de poner término a la relación matrimonial de varios años”.
Agresión
El último episodio de violencia lo sufrió la mujer el 12 de marzo, a las 20.10 horas, cuando se encontraba en casa. Por la mañana fue a denunciarlo a la fiscalía y solicitó medida de protección. Pero por la tarde apareció el sujeto en el hogar, recriminándole lo que había hecho y le dijo que se atuviera a las consecuencias. La tomó de sus ropas y la agredió con un golpe de puño en el rostro y también en la espalda, mientras le gritaba que la iba a matar. En un momento la mujer logró zafarse del agresor y corrió a esconderse al baño, mientras intentaba comunicarse con Carabineros, porque en la fiscalía le habían entregado un dispositivo.
Pero el sujeto logró, a golpes, abrir la puerta del baño y entrar. Tomó del pelo a su mujer y la arrastró lanzándola contra una pared. La arrojó al suelo para seguir agrediéndola, pero intervino la madre de la víctima, quien se encontraba en la casa. Y como el caso de esta mujer estaba registrado como violencia intrafamiliar Carabineros llegó en minutos a salvar a la mujer y detener al agresor.
La víctima sufrió una contusión malar derecha, contusión nasal, contusión mejilla derecha, contusión labio superior, contusión dorsal y eritema en ambos brazos.
Para condenar al uniformado, el magistrado tomó en consideración la declaración en estrado de la propia víctima. La vida en común de ambos cesó el 13 de febrero de este año, fecha en la cual el sujeto la agredió cuando estaban en Valparaíso de vacaciones.
La mujer refirió que durante el matrimonio fue víctima de reiteradas agresiones físicas y psicológicas, hechos que llegaron a conocimiento de las distintas reparticiones de la Armada donde el marido prestaba servicios, y que motivó que tuviera que denunciarlo en Puerto Montt. Justamente, debido a los constantes malos tratos decidió separarse de su marido en varias ocasiones. Luego trató de salvar el matrimonio para ayudarlo en su carrera naval y aceptó una mediación institucional. Pero luego, el 11 de marzo, volvió a Punta Arenas, para retomar sus estudios profesionales y para que la hija vuelva al colegio. La madre la acompañó porque sabía que su hija corría peligro.
Y pese a que la asistente social de la Armada le aseguró que no tendría problemas, al día siguiente el marido fue a la casa y la volvió a agredir y por eso ahora está condenado.