
Por este hecho, Figueroa fue llevada a juicio, el que debiera concluir hoy, y arriesga cinco años de cárcel en caso de ser encontrada culpable.
Para probar la acusación, Campos se apoya en la declaración de varios testigos. Uno de los principales es Pedro Gómez Arancibia (en el recuadro de la fotografía principal) quien ese día, alrededor de las 17 horas, vio cuando la joven se dirigía a la playa con un bulto en las manos y al rato regresaba sin nada. Lo que más le llamó la atención fueron las manchas de sangre en la ropa. “Me pareció muy sospechosa la actitud de esta persona así que la seguí hasta que ingresó a un domicilio de Pérez de Arce, a la altura de Armando Sanhueza. Luego fui corriendo a la playa, porque me imaginé algo así como un aborto, pero al llegar a la arena no vi nada. Y miré el agua y a unos veinte metros había una bolsa flotando”. Antes de hacer esto ya había llamado a Carabineros. Y luego, cuando las olas devolvieron la bolsa a la orilla la alcanzó y al abrirla constató que había una guagüita. Como pensó que estaba muerta volvió a comunicarse con Carabineros y le dijeron que iban en camino. “Cuando llegaron los funcionarios les indiqué donde estaba la bolsa y apenas ellos la tocaron el bebé lloró. Inmediatamente me saqué la parka, envolvimos la guagua y en la misma patrulla la llevaron al hospital”, declaró Pedro Gómez.
No recuerda
Muchas evasivas, y pocos recuerdos de los hechos por los cuales está en juicio, marcaron la declaración que prestó la acusada. Incluso, en varios pasajes el fiscal tuvo que hacerle recuerdo de lo que declaró ante Carabineros cuando estuvo internada en el hospital.
Confesó que estaba en un estado de shock. “Me acuerdo en parte, no de todo lo que hice ese día así que no podría explicar lo que sucedió”. También dijo que no le quería dar muerte al bebé, “pero las cosas sucedieron y lo único que traté fue de salir a pedir ayuda”.
En la declaración que prestó, siempre mantuvo la versión de que nunca supo que estaba embarazada, pese a tener la experiencia de haber dado a luz una hija, la que tiene un año y seis meses. “Yo pensaba que tenía problemas al colon, pero no de embarazo”, indicó.
Cuando el fiscal Campos le preguntó por qué no había pedido ayuda al Samu o Carabineros, antes de pensar en arrojar al bebé al mar, le respondió: “Una persona que está bien no hace lo que yo hice”, frase que confirmó en estrado la ex pareja de la acusada, Tito Agurto.
La abogada defensora, Gustava Aguilar, está pidiendo al tribunal la absolución de su representada, “porque ella se encontraba en un estado de shock y privada de razón. No producto de una locura o demencia, sino por un embarazo que desconocía y una situación de parto domiciliario”.