Todos, más de alguna vez, hemos hecho ese recorrido y todos (me imagino), nos hemos dado cuenta de la ausencia de señales de demarcación en esa ruta. Si les toca de noche, un poco nublado o con poca visibilidad, no nos queda más que conducir por intuición, aplicar la memoria y adivinar dónde comienza, dónde termina el cemento o dónde está la línea divisoria de la otra pista, cero, nada… Lo más patético es que no sabes qué responder si te preguntan y menos explicar que ése es el camino que te lleva a la ciudad, la puerta de entrada como le dicen… Y así durante años, pareciera que (obvio, como ya estamos acostumbrados), nadie dice nada y nadie soluciona el problema… Esto a raíz de los famosos vuelos nocturnos que te obligan a ir a dejar o buscar a horas bastante inusuales a tus pasajeros y con el sueño, cansancio y uno que otro garabato que cruza por tu mente, te enfrentas a un camino que parece como la dimensión desconocida… Curioso que ahora que está tan de moda lo del turismo (solicitudes de renuncias que van y vienen), nadie se preocupe de este detalle y sigamos conduciendo a “la adivinanza”… Ni hablar de la falta de asientos en el terminal mismo o de un sistema de estacionamiento sin ninguna comodidad y por el que te cobran “un ojo de la cara”… Linda puerta de entrada a la capital del turismo, ¿no creen?... En fin, habrá que esperar que algún ingenioso presente el presupuesto, realice el estudio y envíe a trámite a donde corresponda para que veamos a un grupo de trabajadores pintando las señales inexistentes… Mientras eso sucede por el enmarañado mundo del fisco, usted y yo seguiremos aplicando nuestra memoria y conduciendo de noche encomendándonos a cuanto santo de la ruta pueda existir… Por el bien y seguridad de todos, habrá que esperar confiados en que esto se solucione pronto y que de una vez por todas tengamos un acceso a nuestra ciudad como nos merecemos… ¿Políticas de turismo regional?... excelente, pero primero empiecen por pintar. Para ustedes, como siempre, un abrazo especialmente a todos nuestros amigos y hermanos argentinos por la celebración de su Bicentenario.
P.S.: menos para los encargados de los caminos de acceso al aeropuerto y sus deficientes servicios.