Piratería Israelí por Rodrigo Cárcamo Hun

General
02/06/2010 a las 17:44
El comienzo de semana se vio marcado por el inmoral atentado israelí y sionista perpetrado en contra de los oprimidos y de las conciencias despiertas. El pueblo palestino y la “Flotilla de la Libertad”, integrada en su mayoría por activistas de la ONG Free Gaza (y en este caso turcos), fueron víctimas de la piratería moderna de un estado dudoso y cuestionable, siendo violada su integridad asegurada por el derecho internacional, supuestamente consensuado en su momento. Ilegítimo en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (1982) o también llamada la Constitución de los océanos, la que proscribe y condena todo acto ilegal sesgado en la depredación y violencia en aguas internacionales en contra de personas o embarcaciones, fuera de los márgenes de la lucha justificada contra el tráfico de droga y la piratería (artículo 101), llegando a considerar, y de manera enfática, que todo acto fuera de la jurisdicción marítima de cualquier estado constituye a su vez piratería (de Estado). En esta circunstancia se deja explícitamente a la vista de la comunidad internacional (y también de esos autodenominados garantes de la humanidad) el bloqueo, no sólo económico, sino humano y criminal del estado israelí al pueblo ultrajado y palestino. En donde, derechos que se suponen inalienables (y por la obviedad de lo inalienable, muchas veces dados por hecho y olvidados) son enajenados sistemáticamente (y por igual) tanto a activistas de Hamás como a niños, mujeres, hombres y ancianos ausentes de algún posible activismo yihadista islámico. Ello lleva a pensar la simpleza con la que un gobierno anti - democrático de derecha paranoico de la legítima lucha por los derechos  de un pueblo, pueda malentender un concepto como soberanía, extrapolándolo a un facilismo evidente, posible gracias a la hegemonía de la fuerza que le otorga su aparataje militar y policial (Mossad), su relación íntima y cómplice con el país del norte (no por nada Israel es la sexta potencia militar del mundo) y su política cultural represiva ( muro, tortura legalizada, ley de retorno y programas de visita). Tampoco es estrafalario pensar que esta acción una vez más  sea ignorada por la mayoría de los individuos de este país. ¿El motivo? (no alcanza para justificación) La distancia geográfica, la coyuntura irrelevante, la disfuncionalidad para con la política nacional, entre otras. Es de esperar que la humanidad, en alguna instancia, no se diseccione en realidades nacionales y se comprenda  seriamente (aunque suene a verborrea) que la indefectible disyuntiva (complicación para muchos) que trae una perspectiva humana global, es el compromiso de tomar opinión y expresión frente a un sufrimiento humano.

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