
El padrino de bautizo de Carolina Tapia, José Retamales, director del Inach, dijo que la joven era una enamorada de Magallanes y de su trabajo. “Entusiasta como pocas. Era muy empeñosa, motivada y trabajaba siempre hasta muy tarde y al otro día se levantaba temprano”. Dijo que tenía muchos planes. En dos meses se iba de vacaciones a Brasil y quería hacer un post grado en Canadá, relacionado con la turba. “Tenía muchos sueños y aspiraciones. Además tenía una responsabilidad que pocos jóvenes muestran hoy en día. Esto es muy duro”, lamentó Retamales, quien contó que los padres de Carolina fueron sus padrinos de matrimonio en Austria. “Ellos fueron los únicos chilenos que asistieron a mi boda”, recordó al momento de ingresar a la misa de ayer.