Según estadísticas del Servicio de Salud Magallanes (SSM), el año pasado fueron 338 las menores en edad escolar que vivieron esta situación.
El Liceo Polivalente María Behety de Punta Arenas, con una matrícula de 728 alumnos, todos los años tiene aproximadamente 30 menores embarazadas. A juicio del inspector general del establecimiento, Jaime Bustamante, esta situación radica en el alto nivel de vulnerabilidad que presenta la población escolar de la entidad.
Actualmente, en el liceo hay 35 alumnas en esa condición, lo cual refleja un grave problema de fondo, referido a la educación sexual de los jóvenes. “Frente a un embarazo nosotros jamás vamos a negar las posibilidades de continuidad de estudios, al contrario, brindamos todas las facilidades sicológicas, e incluso desde el punto de vista material”, destacó Bustamante, a pesar de que señaló que el fenómeno se debe abordar desde otras perspectivas preventivas mucho más efectivas que las que se manejan por estos días.
“Nosotros tenemos que dar el ejemplo con el apoyo, y si un apoderado se opone o está en desacuerdo con esto tendrá que exponerlo y buscar alguna solución inclusiva”, argumentó el funcionario del centro educacional, para mostrar el drama que se origina cuando una menor está a punto de tener un hijo. “Siempre reaccionaremos de forma solidaria y en defensa de la vida”, destacó.
Según estadísticas del Servicio de Salud Magallanes (SSM), el año pasado fueron 338 las menores en edad escolar que quedaron embarazadas, representando más de un 20% de los partos a nivel regional. Con respecto a estas cifras, la asistente social del Departamento de Salud Pública, Susana Mayor, agregó que 271 adolescentes atendieron sus partos en el sistema público, lo cual deja a relucir que la mayoría de estos embarazos están directamente relacionados con un escaso acceso a educación sexual, como también, con problemas en el ámbito familiar.
“Estamos trabajando con proyectos relativos al área preventiva, en donde abordamos sexualidad responsable, género, métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual, particularmente en adolescentes y jóvenes”, comentó Mayor, al tiempo que señaló que es muy complicado tratar estos temas, porque el cambio de hábitos no se genera instantáneamente.
La profesional puntualizó que, en comparación con las tasas nacionales, Magallanes está por bajo el promedio, lo cual no significa que el flagelo del embarazo adolescente sea un inconveniente menor a nivel regional.
“La idea de la prevención es para los embarazos no deseados”, recalcó Mayor, ya que también existen algunos casos donde las parejas acceden por su propia voluntad a concebir un bebé.
Desde el punto de vista de la prevención, la sicóloga especializada en tratar con jóvenes en el centro Espacio Ser, Sandra Quezada, destacó que en estos casos lo más importante es que “los padres deben desarrollar un compromiso con la sexualidad y la afectividad de sus hijos, para así desplegar todos los aspectos de la vida del menor con normalidad”.
Manifestó que se ve mucho en las familias la falta de momentos para conversar sobre estos temas, lo cual lleva a los niños a adquirir información de sus pares, por medio del intercambio de prematuras vivencias y testimonios, que en la mayoría de los casos inducen a cometer errores.