
El cargo de rector ha sido ocupado desde 1994 por el doctor Víctor Fajardo y, al parecer, no habría otro interesado más que él en continuar en el puesto, por los próximos cuatro años.
Los resultados de su gestión tendrían a una parte de la universidad satisfecha, especialmente en las áreas de ciencias, coincidentemente con la formación del rector.
De hecho, la idea de comenzar a impartir desde el próximo año la carrera de Medicina ha sido uno de los desafíos más grandes que se ha propuesto la entidad en el último tiempo, para lo que ha requerido de un arduo trabajo, sobreponiendo este proyecto a otros, como la construcción del edificio de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas, el cual tiene su plano elaborado y a la espera de que se trabaje en él.
El proceso para nombrar a la nueva autoridad está reglamentado por la Ley 19.305, que consigna que “en las elecciones de rector participarán los académicos pertenecientes a las tres más altas jerarquías de la universidad que tengan, a lo menos, un año de antigüedad en la misma. Con todo, el organismo colegiado superior respectivo, con el voto conforme de la mayoría de sus miembros en ejercicio, podrá permitir la participación de los académicos pertenecientes a otras jerarquías, siempre que tengan la calidad de profesor y cumplan con el requisito de antigüedad antes señalado”.
Asimismo, los votos de los académicos serán personales, secretos e informados y el candidato a rector será elegido en votación directa y por mayoría absoluta de los sufragios válidamente emitidos.
En el caso de que Fajardo ganara un nuevo período, cumpliría dos décadas guiando la entidad, sin tener ninguna limitante para hacerlo, puesto que el reglamento no considera un plazo máximo para ejercer el cargo, hecho que para unos es favorable y para otros, definitivamente, no.
Incluso, no existe problema si sólo se presenta un candidato, puesto que los académicos con derecho a voto podrán aceptar o rechazar al interesado; eso sí, corriendo el riesgo de tener que dejar a un rector interino si es que no lo aceptan, algo que no ha ocurrido en la UMAG.
A nivel de alumnos, no se ha dado a conocer ninguna información oficial respecto del período eleccionario ni de los candidatos, sin embargo, se reconoce que de forma extraoficial se sabe que la actual máxima autoridad de la casa de estudios estaría, nuevamente, “corriendo sola”.