
Por estos días la discusión en el sector pesquero se ha instalado en torno a la veda del erizo, luego de que en la última mesa de trabajo los pescadores artesanales de la región mantuvieran a pie firme su decisión de no prorrogar la extracción del recurso, tal cual se lo habían manifestado al subsecretario de Pesca, Pablo Galilea, en su visita a la región en abril pasado.
Sin embargo, los trabajadores de plantas pesqueras liderados por la presidenta del sindicato, Marcia Castro, solicitaron a la intendenta, Liliana Kusanovic, que se volviera a citar a una mesa de trabajo para así repetir la votación, aduciendo que no todos los interesados habían podido participar en ella por razones de horario, lo que finalmente, fue concedido por la primera autoridad. Pese a este logro, los trabajadores de plantas pesqueras, no tendrán una tarea fácil, ya que 25 de 26 gremios dijeron que no estaban dispuestos a prorrogar la extracción del erizo, argumentando que no querían repetir lo vivido durante el 2009 cuando no habían compradores para el producto y quedaron sobreestockeados produciéndose, además, una baja considerable en el precio.
Por su parte, los trabajadores de plantas pesqueras alegan que no se ha sacado siquiera la mitad del recurso que durante el 2009, por lo tanto, no lo están depredando.
Ante esta situación, el director Zonal de Pesca de la Región de Magallanes y Antártica Chilena, Marcelo González, explicó que la veda biológica del erizo iba desde el 15 de agosto al 15 de marzo, período en el cual no se podía capturar el producto. “Las vedas en general protegen el período reproductivo de los recursos. Posteriormente, viene el período de recuperación de la gónada, por lo tanto, hay que cubrir todo ese período”, señaló.
Respecto de los riesgos de prorrogar la extracción del erizo, el director zonal de Pesca manifestó: “Yo diría que la pesquería del erizo no está sana en la región, históricamente tuvo desembarques que bordearon las 30 mil toneladas, superior a lo que nosotros observamos que es el excedente productivo, es decir, lo que el recurso permita remover sin que afecte su stock. Nosotros estimamos que esto debe bordear las 15 mil ó 17 mil toneladas al año como mucho. Este año, dado que ha tenido un problema de mercado, que ha venido a la baja, el volumen de desembarque yo estimo que vamos a terminar por las siete mil u ocho mil toneladas, cifra bastante inferior a lo que nosotros recomendamos. De ahí en el proceso de ventana de diciembre es probable que se puedan aumentar unas tres mil toneladas más, por lo que estimo que el desembarque anual debiera andar cerca de las diez mil toneladas que es lo que estimamos recomendable”, precisó.