
Los habitantes de los edificios de la Población Archipiélago de Chiloé viven un drama, pero señalan que no se darán por vencidos. A sólo dos años de haber recibido sus departamentos, son numerosas las deficiencias estructurales que les imposibilitan vivir.
El último percance fue el sábado, cuando a causa del frío las cañerías se congelaron y posteriormente se reventaron.
Desde ese día, permanecen sin agua potable y nadie les da una solución debido
a que la garantía de dos años ya expiró.