La ofuscación de no escuchar la palabra “presidio perpetuo”, llevó a la ex pareja del sujeto que abusó y violó a su pequeña hija a esperarlo a la salida de tribunales, para insultarlo y gritarle en su cara “¡desgraciado!”,... cuando los gendarmes procedían a subir al condenado al carro para llevarlo al centro penitenciario. Mientras que las amistades que acompañaban a la acongojada mujer le decían: “¡La sacaste barata degenerado, infeliz!”; “¡Te vas a arrepentir hijo de…”
Ayer al mediodía fue la audiencia de lectura de sentencia, donde el juez Gonzalo Rojas informó que el acusado, de iniciales B.B.B., quien fue condenado a 15 años de presidio, en calidad de autor de los delitos de abuso sexual, violación impropia y violación con intimidación en perjuicio de una pequeña niña, a quien agredió sexualmente desde que tenía 10 años de edad hasta los 14, dejándola embarazada, dando a luz un hijo el 7 de diciembre del año pasado.
El golpe de martillo, que ayer puso término a la audiencia, dejó atrás una larga pesadilla para la pequeña que, además de soportar cuatro años de humillaciones y agresiones, a sus 14 años tuvo que saber lo que era un parto y aprender a ser madre.
El fiscal Fernando Dobson, consiguió probar en el juicio la participación del acusado en los delitos por los cuales fue detenido y ahora condenado. La pena que solicitaba era de presidio perpetuo simple, para que antes de 20 años no pudiera optar a ningún beneficio extra carcelario. Sin embargo, los jueces estimaron que correspondía condenarlo a 15 años. “Yo hubiese preferido que fuera perpetua, pero de todas maneras estoy más tranquila ya que igual se hizo justicia”, dijo la madre de la menor al salir de la sala donde se entregó la sentencia. Aunque sabe que “el daño que le hizo a mis hijos no se va a borrar nunca más”.
El conviviente de la madre, y padrastro de la menor, comenzó a abusar de ésta cuando tenía apenas diez años. Le tocaba el cuerpo en todas sus partes, aprovechando que siempre se quedaba a solas con ella, ya que la madre trabajaba.
Posteriormente, cuando tenía 11, 12 y 13 años, entre 2006 y 2009, el condenado pasó a mayores ya que empezó a violar a la menor.
Debido a esto resultó embarazada y nació un hijo, el que tuvo en el baño de la casa. Otra situación traumática debido a que el padrastro la obligó a callar amenazándola de que no contara nada. Soportando sola los dolores de parto la niña vio nacer al hijo, sin otra ayuda que la del padrastro que intervino para cortar el cordón umbilical, tras lo cual fue necesario trasladar de urgencia a la menor al hospital regional, donde quedó todo al descubierto.