
Así lo asegura Nancy Solís Bachmann (44), propietaria del departamento 301 del Bloque 5 B, quien indicó que todavía no obtienen ninguna respuesta de parte de las autoridades involucradas con respecto a la reparación de sus viviendas, que no sólo tienen sus cañerías de agua potable rotas, sino que, además, una serie de deficiencias que se manifestaron desde que fueron entregadas, en julio del 2008.
“La lucha sigue. Si tenemos que hacer una marcha, la vamos a hacer. No nos van a meter la mano en la boca”, dijo.
Diario El Pingüino, en su edición del miércoles pasado, dio a conocer una serie de irregularidades en los departamentos de los siete bloques de calle Ancud 0171, denunciadas por las mismas vecinas, que fueron edificados por la empresa Salfa, y donde la Municipalidad de Punta Arenas operó como Entidad de Gestión Inmobiliaria Social (EGIS). Recordaron las vecinas, entonces, que desde el primer momento comenzaron a sufrir por la mala calidad en la construcción de sus propiedades, a las cuales accedieron a través de una postulación al Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu). “Salfa vino con una aspiradora gigante a aspirar las alfombras”, señaló Jazmín Urreola Infante, al comentar lo que sucedió el primer día que llegó a vivir a su departamento, el cual estaba inundado.
Al ser consultada sobre los últimos acontecimientos, la vecina contó que ayer finalmente lograron ser escuchadas por la directora de la Dirección de Obras del municipio (DOM), Hinia Carabantes, quien dio la orden de que funcionarios municipales fueran a inspeccionar, en la tarde del jueves, lo ocurrido con las cañerías de agua potable. “Los mandó a que vinieran a terreno a fiscalizar y tomar fotos, para hacer un informe y enviárselo a Salfa”, afirmó Urreola.
Al respecto, dicha funcionaria municipal declinó emitir declaraciones a la prensa hasta que no cuente con un diagnóstico de la situación que afecta a todos estos edificios.
Por su parte, el Serviu emitió el siguiente comunicado: “En relación a los desperfectos en los edificios departamentos del Barrio Archipiélago de Chiloé, que fueron construidos con recursos del Fondo Solidario de vivienda y entregados en julio de 2008, dados a conocer por los propietarios a través de medios de comunicación regional, que esta institución no tuvo participación técnica, estando a cargo de la inspección técnica la Entidad de Gestión Inmobiliaria Social (EGIS) de la Ilustre Municipalidad de Punta Arenas. En tal sentido, el municipio es el primer vendedor de las soluciones habitacionales y por tanto le corresponde aplicar el servicio de pos venta, en concordancia con las Especificaciones Técnicas”.
Asimismo, se indica en el comunicado que “las garantías legales que poseen las construcciones de los conjuntos habitacionales de acuerdo a disposiciones legales vigentes son de diez años para el caso de estructura, cinco años en el caso de las instalaciones y tres años para las terminaciones”.
Las vicisitudes del barrio chilote
A los problemas de presión de agua, fallas en el encendido de los calefón, de filtración de agua y viento por las ventanas, el exceso de humedad que provoca la aparición de hongos en las paredes, los temporizadores que no encienden, entre otros, se suman el de los techos poco firmes, los que, frente a un temporal de viento no son capaces de resistir. Así ocurrió el pasado 1 de mayo, cuando ráfagas de hasta 110 km./hr. azotaron a Punta Arenas. La familia Pérez Vargas, habitante de uno de los departamentos del cuarto piso, en uno de estos bloques, sufrió el desprendimiento de su techo. “No queremos vivir más acá. Ya reclamamos una vez de que esto iba a pasar, porque cuando hay viento las ventanas se hinchan y todo se remece. Mi hijo ya está ‘traumado’ con los ruidos y dice que no quiere volver”, relató, en esa oportunidad, a Diario El Pingüino, Virginia Vargas.
A ello se suma los problemas de seguridad que afectan a los residentes de los edificios de departamentos de calle Santa Juana, en la misma población: inexistencia de salidas de emergencia, la sobrepoblación de perros callejeros o abandonados en el lugar, los robos y destrucción de las gomas de protección de las escaleras, las llaves matrices de las zonas húmedas, el alumbrado de los edificios y problemas de los vecinos de la comunidad.
A fines de julio pasado los concejales de la comuna se comprometieron a solicitar la ejecución de un proyecto que permitiera la realización de salidas de emergencia. A mediados de semana, Diario El Pingüino se contactó con José Villarroel Maldonado, dirigente del edificio 175, afirmó no haber tenido más noticias, hasta ahora.