
Físicamente nos encontramos en el presente, pero mental y emocionalmente ¿Dónde nos encontramos? ¿Pensando siempre en lo que viene o en lo que pasó? El estrés es causado por estar aquí deseando estar allá, o, estar en el presente, deseando estar en el futuro. La consecuencia natural de pretender “estar” en el futuro cuando se existe en el presente, es una tensión interna que no nos permite vivir plenamente. ¿Cómo saber si no estamos viviendo el momento presente de manera plena? Es necesario poner atención a nuestros pensamientos y sentimientos en “este momento”. Observar nuestros procesos mentales y percatarnos si nos sentimos culpables, orgullosos, resentidos, angustiados, con rabia, odio, arrepentido, frustrado, o sentimos auto-compasión. Si esto sucede, es cuando podemos darnos cuenta del esfuerzo que realizamos reforzando una falsa percepción de nosotros mismos y cargando con emociones pasadas que no nos dejan avanzar. ¿Te has sorprendido pensando “Si hubiera hecho tal cosa o tal otra....”? Preguntas como éstas, nos llevan a un futuro imaginario que no tenemos manera de vivenciar. Nos preocupamos, en un intento por crear algo que aún no existe y perdemos la hermosa oportunidad de “exprimir” el presente donde no existe la culpa, el miedo, la angustia, ni la ansiedad en el futuro. Lo que necesitamos es afrontar cualquier etapa de nuestra vida real, y no los laberintos mentales, proyectados en paredes imaginarias. Nos podemos preguntar ¿hay algo que no funcione en “este instante”? en el ahora, sin interrupción del pasado ni del futuro. Sentado o de pie, leyendo el diario, ocupando este tiempo, en esta actividad. Si sentimos y pensamos en cada momento, nos podemos dar cuenta de que las respuestas y las fortalezas están ahí, en el momento justo, sin interrupciones, ni nubes del pasado e incertezas del futuro. La espera es un estado mental que nos indica que pensamos en el futuro. Que no queremos lo que tenemos pero deseamos lo que no tenemos. Este estado mental y emocional, crea conflictos internos. Esto influye de manera negativa en nuestra calidad de vida, pues como resultado deja escapar el presente, que es el único instante en el que podemos hacer realidad nuestros sueños. Cada uno de nosotros se puede permitir ser y disfrutar siendo, sin esperar por nada. Sería útil extraer esos sentimientos nocivos de infelicidad por lo que nos falta y descontento por lo que tenemos.