
La detención de una banda que se dedicaba a hurtar prendas de vestir, de la cual tres integrantes eran funcionarias de la tienda, es una muestra del flagelo que afecta al comercio en Punta Arenas.
El alza de estos ilícitos ha obligado a que algunas empresas tengan como política querellarse contra los delincuentes, incluso cuando sustraen especies de poco valor.