Con un arma apuntándole en la cabeza un trabajador de la estación de servicio Copec tuvo que obligadamente entregar los 40 mil pesos que guardaba en sus bolsillos. Alrededor de las cinco de la madrugada llegaron al servicentro de diagonal Don Bosco dos sujetos a comprar cigarrillos. Fueron atendidos por el bombero Mario Paillacar Flores, quien sacó un fajo de billetes para dar el vuelto. Esto despertó el apetito de los antisociales quienes se dieron media vuelta y regresaron. En cosa de segundos Paillacar Flores estaba encañonado con un arma y el tono atento y gentil que mostraron inicialmente los “clientes” cambió bruscamente, y bajo insultos le exigieron el dinero al bombero. Uno de ellos, Gino Ojeda Cerda, extrajo un arma de fuego, la que apuntó a medio metro de su cuerpo y lo amenazó con matarlo si no cumplía la exigencia. Como encontraron poco el botín le pidieron más plata. La víctima no tenía y fue cuando intervino verbalmente Guillermo Arias Orellana quien le decía a su compañero de fechorías: “Mátalo, mátalo”.Conductor lo entregó
Justo en esos momentos ingresó un radio taxis a la estación de servicio. La persona que tenía el arma lo siguió y encañó. Esto hizo que el taxista se saliera, pero al percatarse de la situación pidió ayuda por radio a sus colegas. Tras este episodio los delincuentes abandonaron la Copec, cada uno por su lado. Unas cuadras más adelante, subiendo por Sarmiento, uno de los antisociales abordó un taxi y le pidió que lo llevara a otro lugar. “Sácame de aquí”, le habría dicho.
Pero el conductor conocía la descripción de los asaltantes. Por la radio escuchó como vestían y al mirar por el espejo retrovisor vio que la persona que estaba sentada en la parte posterior coincidía con las características de uno de ellos.
Actuando fríamente y simulando que todo estaba bien el chofer condujo el vehículo a calle Waldo Seguel y se estacionó frente al carabinero de servicio entregándole en “bandeja” a Guillermo Arias Orellana, cumpliendo con lo que se podría denominar un “arresto ciudadano”.
A esas alturas la policía uniformada ya estaba alertada de la situación y en minutos detuvieron al segundo de los asaltantes, Gino Ojeda, quien estaba escondido en un antejardín de calle Armando Sanhueza Nº 475.
Control de detención
Ayer fue controlada la detención de los imputados, ocasión en que la fiscal Alejandra Guevara los formalizó por el delito de robo con intimidación y amenazas, y pidió la prisión preventiva. El juez Juan Olivares accedió a la solicitud, pese a la oposición de la abogada Gustava Aguilar.
Para el cierre de la investigación se determinó un plazo de 45 días.
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