
Los mineros, dijo Golborne a los periodistas, llevan la cuenta de cuánto han avanzado las tres perforadoras, porque al menos una de ellas deja caer sus residuos al socavón y los obreros deben removerlos con equipos que ya estaban abajo antes del accidente.
Poco antes, en la vecina localidad de Caldera, el juez Rafael Bustos formuló cargos por “lesiones graves” y prohibió salir del país a los dos dueños y dos ejecutivos de la mina, por un caso anterior en que un minero perdió su pierna izquierda al caerle una roca.
Los acusados son Alejandro Bohn Berenguer y Marcelo Kemeny Fuller, dueños de la mina; Carlos Eduardo Pinilla, gerente de operaciones, y Pedro Simunovic, gerente de la mina. Enfrentan penas de cárcel de hasta tres años. Los cuatro se mantuvieron en silencio, sentados en un banco, y sólo dijeron al juez sus nombres y cargos.
El minero Gino Cortés, de 40 años, salía de turno cuando se produjo el accidente el 3 de julio. Fue auxiliado por sus compañeros y llevado al hospital, dijo en la audiencia el fiscal Héctor Milla. Cortés no asistió, porque se sometía a exámenes debido a una gastritis que sufre por la fuerte medicación que debe tomar.
El abogado defensor, Gonzalo Insulza, dijo que el de Cortés “es un típico accidente laboral” y que “nadie comete estas faltas con la intención que caiga una piedra”.
La Fiscalía alegó fallas a normas de seguridad, porque sectores de la mina carecían de mallas metálicas para evitar la caída de la piedra.
Hasta ahora, pese a la rapidez de las perforaciones, el gobierno mantenía principios de noviembre como posible fecha del rescate de los mineros, atrapados desde el 5 de agosto en la mina de cobre y oro en las entrañas del desierto de Atacama, el más seco del mundo.
“Las revisiones que hemos estado haciendo con el equipo técnico...nos han permitido estimar que el eventual rescate se puede producir en la segunda quincena del mes de octubre”, dijo Golborne en la mina, a 850 kilómetros al norte de Santiago.
Los mineros ya han sido informados “y están felices”, agregó el ministro.
Golborne dijo que el nuevo cálculo se basa en que las tres perforadoras que cavan la roca rumbo a los mineros “tuvieron avances muy buenos en los últimos días”.
Cuando se habla “que es la segunda quincena del mes de octubre se involucra 15 días porque no tenemos una certeza ni una precisión... toda vez que pueden ocurrir contingencias... hay días establecidos que nos llevan a fechas dentro de esa quincena. Puede ser algunos días antes o algunos días después, pero nos situamos en el horizonte de la segunda quincena”, aseguró Golborne.
El trabajo ha sido “difícil, pero no estamos en la etapa de los balances, éstos deberían hacerse cuando terminemos nuestra misión y todavía no rescatamos a nadie”, indicó.
“Nada se ha terminada aún”, agregó. “Vamos a terminar cuando podamos sacar al último minero”.Destacó que los 33 trabajadores llevan una cuenta del avance porque cada día, en tres turnos de 11 mineros cada uno, trabajan removiendo al menos ocho toneladas métricas de roca pulverizada y barro, que desplazan en una máquina. Ese residuo lo deja una de las perforadoras al excavar.
Ayer “hemos conversado con los mineros, ellos han calculado en forma muy precisa cuántos avanzan los planes, por ejemplo el Plan B, simplemente por el material que han tenido que remover”, narró Golborne.
Incluso en la medición del Plan B “se equivocaron en un metro de avance en su cálculo personal, estuvo muy divertido eso, así que ellos están muy al tanto... saben que esto va a tomar unos días más”.
Junto al ministro, el jefe del operativo de rescate, André Sougarret, ofreció el balance de cada una de las tres perforadoras.
La máquina Strata 950, o el llamado Plan A, ha avanzado, hasta ayer 566 metros y su meta está a 703 en un refugio en el que están los mineros, de cuatro metros de largo y 4,5 metros de alto. Cuando termine su túnel, sin embargo, la Strata deberá comenzar de nuevo porque tiene que ensanchar esa primera apertura hasta 70 centímetros, lo suficiente para que quepa la jaula o cápsula en la que serán izados los mineros uno a uno.
El Plan B o la máquina T130 lleva 372 metros con la medida de 70 centímetros de diámetro, dijo Sougarret. Su objetivo final está a 624 metros, hasta la zona de un taller, un local más elevado que el refugio, y adonde tienen acceso los mineros. La T130 había llegado el 17 de septiembre a su meta, pero con un diámetro menor y ahora está en su segunda etapa o la de ensanchamiento.
Y el último plan, el C, con una máquina petrolera que comenzó a operar el 19 de septiembre y abre la roca a los 70 centímetros de diámetro requeridos, está a 175 metros. Su meta está a 598 metros o una galería entre el refugio y el taller.
La diferencia de profundidad también está dada por la ubicación de las máquinas en la superficie.
Sougarret dijo que se han hecho pruebas en la superficie con la cápsula, tanto vacía como con un hombre dentro, para verificar su deslizamiento a través de uno de los tubos que reforzará el túnel que primero llegue a su meta.
Las pruebas han resultado exitosas al pasar la jaula, de forma vertical y ayudada con una grúa, por un tubo de ocho a 12 metros de largo y 58,4 centímetros de diámetro. Como la jaula tiene 53 centímetros de diámetro se ha deslizado sin problemas, han dicho los encargados del rescate.