El “veterano de guerra” Lun Terzic Nicolic cumple hoy su condena de casi 13 años de cárcel que recibió por el parricidio de su esposa, la chilena Elsa Isabel Torres Cárcamo, a quien ultimó a balazos, y de paso lesionó a un tercero, en las afueras de la entonces Notaría Vergara, en diciembre de 1998. Pasaron casi 13 años y cumplió su condena. Abandona Chile en calidad de “expulsado”, y por eso dejando el penal la custodia queda en manos de la Policía de Investigaciones.
Al igual como lo hizo en julio de 2008, ayer accedió ser entrevistado por Diario El Pingüino.

¿Cómo han sido para ti estos largos trece años?
“Fue una experiencia muy fuerte, porque es la primera vez que estoy preso y por eso me marcó mucho”.

¿Qué fue lo que más te marcó?
“El encierro. Aguantar personas que no son muy agradables y el idioma. También la barrera cultural, porque cada quien tiene su forma de expresarse. Es impresionante, porque uno viene de un mundo distinto”

¿Se te ha hecho muy largo este tiempo de encierro?
“Sí, demasiado. Aunque me ayudó que estudié acá (en la cárcel) y terminé mi cuarto medio con honores. Después traté de estudiar en la universidad, no se pudo, y finalmente me preparé on line, un año, donde aprendí muchas cosas”.

¿Sientes que te pudiste rehabilitar durante tu condena?
“Yo nunca necesité rehabilitación, porque no soy ladrón ni ando haciendo nada ilegal. Eso que me pasó con mi esposa fue algo puntual, que no debió pasar nunca. Fue una desgracia tremenda, para mí, para ella y para mi familia”.

Molesto con Atilio Gallardo

Lun Terzic dijo estar muy molesto con el alcalde de Timaukel, Atilio Gallardo, quien era funcionario de la Notaría Vergara cuando ocurrió el crimen, porque hace pocos días fue a visitarlo a la cárcel, pero solamente para insultarlo y enrostrarle el delito que cometió el año 1998.
Así recuerda el interno este extraño episodio: “Vino él (Gallardo), creo que es alcalde, no sé quien voto por él, porque es una persona que no sabe comportarse, y para poder entrar a la cárcel se aprovechó del seremi de Justicia. Me atacó verbalmente y dijo que fue una víctima de lo ocurrido. Me insultó y quedé plop, porque no esperaba que actuara así. Dijo que era cristiano y estaba enojado porque mi condena era muy poca. Todos somos pecadores, soy un ser humano que cometió un delito, y le dije a ese señor que no puedo volver el tiempo atrás, pese que me siento mal por lo que hice. Y empezó a gritar como un loco, pero esa no es la postura de un alcalde”.