“En los últimos años hemos tenido brotes de rubéola, y el año pasado y de coqueluche, que tiene una alta mortalidad en lactantes menores de 3 meses. Eso ocurre porque la gente no se vacuna”. Así lo aseguró la presidenta de la Sociedad Chilena de Infectología, Jeannette Dabanch , quien de esta manera entró a la discusión -que también se está dando en el Congreso- sobre quitar el timerosal (mercurio) de las vacunas que aún lo usan para tener una mejor preservación.
La profesional recordó que la misión de las vacunas es evitar la reaparición de enfermedades ya erradicadas, y que cualquier cambio a esta regla desembocará en una baja en los niveles de inmunización de las personas y la aparición de enfermedades.
Dabanch señaló que en 2011 hubo un caso de sarampión en Chile y se aplicó una campaña masiva para evitar su propagación. “Esta enfermedad se ha dado fundamentalmente en extranjeros porque en países europeos, por estos movimientos antivacunas, la gente se niega a vacunar a los niños y se empiezan a ver la circulación del virus en la comunidad. Reino Unido tuvo un brote importante, al igual que Francia”, dijo.
Para el ministro de Salud, Jaime Mañalich, el tema es de vital importancia: “Tenemos un llamado muy potente de la OMS a no cambiar nuestro Plan de Vacunación que está funcionando espectacularmente. Según ellos somos uno de los países con mejor cobertura, y ejercer un cambio ahora arriesga entre otras cosas a un mal control del coqueluche y, sobre todo, dejar población susceptible de contraer poliomielitis que es una enfermedad ya erradicada en nuestro país”.
El presidente de la Sociedad Chilena de Pediatría (Sochipe), Hernán Sepúlveda , agregó que “las vacunas han tenido un rol importante para controlar enfermedades y cualquier acto que atente a la cobertura puede afectar y eso es lo peligroso”.