
Sin embargo, en la Casa de Moneda aseguran que ahora ya están en condiciones de hacerlo. Esto, porque la empresa comenzó hace dos años un proceso de remodelación total de sus instalaciones. El impulso se concretó cuando el gobierno aprobó una inversión de US$ 90 millones para una nueva línea de producción. “Parte del objetivo de contar con esta nueva maquinaria fue tener la capacidad técnica para fabricar billetes de cualquier parte del mundo”, comentó Francisco Mandiola, gerente general.
Según el ejecutivo, se trata de uno de los proyectos más ambiciosos en los 270 años de historia que tiene la compañía. Se tratan de seis módulos KBA Nota Sys, capaces de imprimir billetes ya sea en papel moneda o polímero. Estos pueden plasmar sellos de agua, hilos de seguridad y elementos propios, que hacen muy difícil su falsificación.