La
cineasta, de origen alemana-inglesa y residente en Chile, Miryam Heard,
comenzó a interesarse por esta historia a partir del año 2010, cuando se
enteró que en Chile se habían instalado filiales de Blackwater para
reclutar a militares que, en su mayoría, o bien habían sido amnistiados o
habían zafado de la justicia, por violaciones a los derechos humanos, consigna el mostrador.
“Lo que a mi me interesaba es lo que estaba anexo a este reclutamiento, el estrés post traumático con el que llegaron los mercenarios. En 2012, los norteamericanos se dieron cuenta que los muertos eran más los que estaban a la vuelta de la esquina que los que estaban en el campo de batalla. Eso me parecía aterrorizante, ahora eso eran los soldados profesionales, de los mercenarios no había ni siquiera estadísticas”, cuenta la realizadora.
Se
trata de una película de ficción, que actualmente se encuentra en post
producción, luego de haber ganado cuatro premios en la categoría Viña
Construye del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar.
La historia, que fue filmada en el Altiplano, específicamente en el Salar del Surire, Caquena y Guallatire, en la región de Tarapacá –donde se encuentra ambientada– narra la historia de dos hermanos –el actor Julio Milostich en el papel del hermano menor y Erto Pantoja, en el del mayor– que deben vivir una historia de tormento psicológico, luego que el mayor de los hermanos regresara de Irak, donde fue a combatir reclutado por una filial chilena de Blackwater.
Para Julio Milostich estar participando de esta película es “como
colaborar en una foto que retrata la macrabra realidad de la cosas”.
“Cuando supe que en la guerra de los norteamericanos casi no hay
norteamericanos, y que los que reclutan son empresas de la muerte,
empecé a alucinar con el personaje que me regaló Miryam. Para mi, la
historia comienza en un viaje que es como una puna del alma. A las
personas que fueron a pelear les dijeron que iba a reconstruir…jajaja…un
gran cuento”.