El pasado domingo dos estatuas ubicadas en el centro de Santiago aparecieron intervenidas con una cinta blanca adhesiva de papel, hecho que llamó la atención de todos los transeúntes al no saber si esto era parte de una obra vandálica o de una intervención urbana. Finalmente se descubrió que todo era parte de una extraña intervención artística que tuvieron las estatuas de Pedro de Valdivia en la Plaza de Armas de Santiago y el General Baquedano, en la que es la popularmente conocida como Plaza Italia.
La obra se llama “El renacimiento de los muertos”, y es una creación del artista nacional Enrique Matthey. Este proyecto fue financiado por un fondo de la Iniciativa Bicentenario Juan Gómez Millas, un fondo de Creación Artística IBJGM..En enero del año pasado se anunciaron los ganadores de estos fondos, donde Matthey describió que el objetivo de la obra es “hacer visible aquello que por la costumbre de ser visto se ha vuelto invisible”, Recalcó el reconocimiento a los Selknam en su intervención, un pueblo que a su juicio: “Fue destruido por los mismos próceres que hoy día están representados en algunas de las estatuas que se intervendrán”. En esta misma instancia Enrique comunicó la creación de un documental sobre la intervención urbana a cargo del cineasta Ignacio Agüero: “Esa será su obra, por lo que tendrá absoluta libertad para decidir como aborda este proyecto”.
El artista
Enrique Matthey es un pintor que nació en Santiago el 14 de enero de 1954. Ha realizado exposiciones individuales en Galerías de Santiago, además de participar en muchas otras muestras colectivas en institutos y museos. Estudió en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, licenciándose con mención en pintura. Realizó un viaje por Sudamérica, que lo llevó a conocer las culturas de ese continente. En 1982 recibió una beca de la Corporación de Amigos del Arte, la que estimuló el desarrollo de su carrera; en 1986 obtuvo otra beca, la de Creación Artística y Desarrollo Científico, otorgada por la Universidad de Chile. Sus obras tienden al surrealismo, y poseen fuertes cuotas de erotismo, agresividad e ironía, emociones que se someten finalmente a una directriz conmovedora. En los cuadros de Matthey percibimos espacios interiores, recintos donde, en una atmósfera de intimidad, encontramos personajes que experimentan situaciones traumáticas, por ejemplo, una mujer que es atacada por un murciélago, mientras ella misma se clava una jeringa en el seno.
Imágenes tan poderosas como ésta, presentadas con inquietante cercanía, buscan la reacción del espectador que se confunde ante una violencia que se contradice con algunas muecas de placer que expresan los personajes. El propósito del artista es hacer comprender al público que mientras se asombra con esas escenas de violencia, que aunque poseen mucho realismo en su ejecución la verdad es que son ficticias, verdaderos horrores están ocurriendo en el mundo en ese mismo momento.