Dos médicos expertos en patologías hepáticas viajaron desde Santiago para participar de una intervención quirúrgica que se realizaría por primera vez en Punta Arenas.
Se trata de un caso de cáncer hepático muy poco frecuente en Chile y de alta complejidad, por tratarse de un tumor de gran tamaño, que para su extirpación requiere además de extraer gran parte del hígado del paciente.
Nicolás Jarufe, jefe de Cirugía de la Pontificia Universidad Católica de Chile; y Juan Francisco Guerra, jefe de la Unidad de Trasplante de la misma universidad, fueron contactados por el cirujano digestivo del Hospital Clínico de Magallanes, Alejandro Altamirano, quien estaba a cargo de la cirugía y su llegada fue gestionada por el Servicio de Salud Magallanes.
Tras ocho horas y media en pabellón (tres horas más del tiempo estimado), el trabajo realizado fue catalogado como exitoso. “La idea de la cirugía era sacar todo el cáncer del hígado. Para eso, le sacamos más de la mitad del órgano y ahora permanece en la UCI para que se recupere por mientras, entubado todavía, y para que una vez que se despierte, si tiene un buen post operatorio, pueda hacer su vida normal”, comentó Altamirano ayer, una vez concluída la intervención.
Por su parte, el doctor Jarufe explicó que estos cánceres son agresivos y malignos, por lo que “no se garantiza que quede curado. Ahora viene el tema de la recuperación, en algunos casos se requiere complementar la cirugía con quimioterapia y radioterapia, pero es un paciente que antes de operarse se estaba poniendo amarillo progresivamente, estaba bajando de peso, estaba con dolor y no había muchas maneras de aliviarlo”.
Mayor confianza
El éxito de esta intervención, además del incremento de la calidad de vida de este paciente en particular, significa un paso importante para la salud en la región, según comentaron los profesionales.
“Para la región es muy bueno que casos así se puedan resolver acá, porque al igual que otras cirugías difíciles que se están haciendo, esto es poner a Magallanes a primer nivel de la salud nacional”, indicó Guerra.
Por su parte, desde la visión local, el doctor Altamirano aseguró que “creo que de a poco se han ido generando lazos de confianza. Entre los mismos colegas ya se están atreviendo más a derivar a los pacientes para una cirugía o ver la alternativa quirúrgica y no solamente enviarlos a cuidados paliativos, que es lo que se hacía en algunos casos antes. Así se genera más discusión de algunos casos que están más al límite y que con una buena evaluación y manejo preoperatorio sí pueden llegar a una cirugía curativa”.
Respecto a esto, el jefe de la unidad de trasplante UC agregó que “eso es clave, porque le abre un espectro a los médicos derivadores, las posibilidades son mayores y el hospital es capaz de resolverlo”.