Tras varios años de lo sucedido a un niño al interior de un jardín infantil, finalmente se dictó sentencia tras una demanda de la madre del menor que sufrió una grave lesión cuando se le enterró una cuchara en el ojo.
El accidente ocurrió el 16 de septiembre de 2009, cuando Goran Urbina Almonacid, el niño que sufrió el accidente en un jardín infantil de Integra, cayó y se le enterró una cuchara en el ojo. Según señaló ayer el abogado demandante Marcos Ibacache, Fundación Integra nunca se hizo responsable de lo ocurrido: “Finalmente salió la sentencia del Tercer Juzgado Civil, ante una demanda por indemnización de perjuicios interpuesta por este abogado en representación de la madre, Andrea Almonacid Chávez. Esto se hizo por mandato en virtud de las graves lesiones que tuvo su hijo y su traslado de forma permanente a Santiago. Se presentó esta demanda en contra de la Fundación Integra, porque se estimó que hubo un descuido por parte de las tías que estaban a cargo en el Jardín Infantil Vientos del Sur, momentos que el niño tomó una cuchara y al caer se le incrustó en la cabeza, esto motivó que perdiera un hueso de su cráneo, parte de su masa encefálica, quedando con ciertas limitaciones de las cuales hasta ahora sigue siendo tratado y en observación. En virtud de eso, el tribunal resolvió acoger la demanda de esta parte y condenar por el daño moral a la Fundación Integra por 35 millones de pesos. La entidad se negó en todo momento a la demanda, y no prestó ayuda a la madre que gastó pasajes y dinero en atenciones médicas”.
De acuerdo al historial médico, al niño se le inflamó el cerebro y tuvieron que retirarle un pedazo de calota (hueso del cráneo) para que el cerebro se hinchara naturalmente (evitando así la presión de masa encefálica contra el cráneo).
Según los antecedentes, el menor se encontraba caminando por el establecimiento mientras manipulaba una cuchara sopera, cayendo y enterrándose dicho elemento en el ojo derecho.
Los médicos informaron que dicho elemento llegó hasta el cerebro, situación por la cual fue sometido de inmediato a una intervención de urgencia. Durante ese tiempo, Goran Urbina no pudo realizar una vida normal debido a que su cerebro sólo estaba cubierto por piel.
Finalmente, y tras los reclamos de la madre a la Comisión Defensora Ciudadana (CDC), Goran fue operado en el Instituto de Neurocirugía Dr. Alfonso Asenjo, en Santiago.