Kinesiólogo de profesión, estudiante de tercer año de Medicina en la Universidad de Magallanes y actualmente cursando estudios de perfeccionamiento en Florianópolis, el joven magallánico entrega su visión sobre la cultura, la educación y la salud en el país de la samba comparadas con nuestra Patagonia.
-¿Cómo surge la posibilidad de continuar su educación en Brasil?
Desde enero me encuentro realizando un intercambio de investigación médica relacionado con la enfermedad de leichmaniasis, en Florianópolis, en la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC). La leichmaniasis es una enfermedad parasitaria, que, afortunadamente, no está presente en Chile, pero sí en todos los países tropicales, incluyendo el sur de EE.UU. y países mediterráneos como España. En Brasil es sumamente importante porque se presenta un gran número de personas afectadas por año y están presente los tres tipos posibles de la enfermedad: visceral, cutánea y mucosa. La posibilidad surge a través del programa de intercambios de Ifmsa (International Federation of Medical Students` Associations) al cual pertenece la UMAG, a través del cual se encuentran en este momento otros cuatro alumnos están realizando pasantías en el extranjero; dos alumnas en Barcelona, España, otro en Montevideo, Uruguay y una alumna en Panamá. Nosotros en la UMAG ya hemos recibido alumnos de medicina de muchos países, algunos muy distantes.
-¿Cómo es la educación en Brasil?
La cara de todos es de completo asombro cuando se enteran que uno, estudiando en una universidad perteneciente al Estado de Chile, tiene que mensualmente pagar un arancel que es cercano al de las universidades privadas brasileñas. Otra gran diferencia es que las carreras en general tienen una duración de un año menos que en Chile. Por ejemplo, las carreras que duran 5 años en Chile, en Brasil sólo duran 4 y en el caso de Medicina, en vez de durar 7 años, dura 6 y tienen muchas más facilidades para continuar estudiando la especialidad apenas egresan de Medicina.
Lo otro que llama la atención de la UFSC es que, siendo una universidad pública ubicada en el sur del país al igual que la UMAG y con fechas de fundación bastante cercanas (1960 y 1961 respectivamente), cuentan con un gran campus, con muchísima inversión en edificios, equipamientos y son capaces de generar identidad en la ciudad, creando un polo de desarrollo para la ciudad, logrando ser considerados en muchos ránking como la 5ta mejor universidad de Latinoamérica. Cuentan con 45 mil alumnos, pero lo destacable es que del total al menos 20 mil alumnos pertenecen a programas de postgrados, como maestrías (equivalente a magíster chilenos), doctorados y postdoctorados.
-¿Cómo es su vida en Brasil y qué hace cuando no está estudiando?
Mi vida ha sido muy tranquila, los barrios próximos al campus principal de la UFSC son muy seguros y el campus cuenta con su propia policía federal universitaria. El programa de intercambio de IFMSA, te asigna a un estudiante de Medicina, el que te da alojamiento y comida, lo que permite conocer más la cultura del lugar. En mi tiempo libre salgo a caminar principalmente a parques, al centro comercial o centro de la ciudad y a disfrutar las playas que son muy bonitas, ya que la isla de Florianópolis cuenta con 42 playas, de las cuales he visitado unas siete. Y el alumno que me recibió me llevo a visitar el Balneario de Camboriú.
-¿Qué es lo que más le ha llamado la atención?
La comida se siente totalmente natural y orgánica, muchas cosas son parecidas a la alimentación magallánica, pero la forma de preparación es diferente, además de una gran disponibilidad de frutas y verduras y sabores no tradicionales. Por ejemplo hay helados de sabores de coco, uva, choclo, todos son fanáticos del pan de queso y del açai. Las personas y su cultura, es muy notoria la influencia portuguesa, no sólo en el lenguaje, sino en su arquitectura y planificación de la ciudad. Las personas son mucho más activas, llevan una vida menos sedentaria, por lo menos en Florianópolis se ven un mayor número de gimnasios que locales de comida rápida y todos pasan llenos. Cuando voy camino a la universidad a las 7 am., se ven personas de la tercera edad haciendo deporte en la calle con unos cuerpos envidiables para cualquiera. El clima, en la gran mayoría de Chile estamos acostumbrados a una importante variación térmica entre el día y la noche, aquí por lo general en esta época de verano, el día la temperatura bordea los 35ºC y en la noche sólo baja a unos 28ºC, además es una zona húmeda y de muchas tormentas por lo cual todo el entorno es muy verde, con una flora y fauna bastante diferente a la nuestra. Por ejemplo, en el campus de la universidad he visto caimanes, macacos y arañas de gran tamaño.
-¿Qué extraña de Magallanes?
Lo que más se extraña, por lejos, es a la familia y a la polola. También la organización de la ciudad, por ejemplo en Punta Arenas tenemos las calles ordenadas y el tráfico vehicular fluido, lo que permite recorrer toda la ciudad en menos de una hora. Aquí las calles son mal planificadas, muy angostas, con una congestión vehicular importante, miles de motocicletas y manejan muy rápido, aún así la gente mantiene en muy buen estado los paraderos y los buses, algo que no se está logrando en nuestra ciudad. Y la limpieza de las playas es sorprendente, a pesar que están llenísimas no se ve basura, saben cuidar lo que impulsa la economía de su ciudad.
-¿Cómo ve el sistema de salud pública en Brasil y Chile?
Realicé visitas a sólo dos hospitales, dado que mi trabajo se enfocó más en investigación que en la clínica. Las similitudes se ven en las listas de espera. La ventaja de ellos es que el Hospital Universitario a través del desarrollo de la carrera de Medicina les permite contar con una gran cantidad de médicos especialistas en casi todas las áreas, y nuestra ventaja en Punta Arenas es en cuanto a la infraestructura. Tenemos un hospital Clínico de lujo, el cual lo pondría al nivel de algunos hospitales de Estados Unidos que visité el año pasado.
-¿Cómo se ve Magallanes a la distancia?
Uno indica el punto geográfico del que viene y absolutamente todos lo primero que preguntan es: “¿Mucho frío?”. La Patagonia es un lugar que todos los brasileños quieren conocer, pero que al menos en un 95% relatan haberlo conocido o querer conocerlo vía Buenos Aires hacia El Calafate y a Ushuaia. Incluso mencionan haber escuchado sobre esos dos destinos pero muy pocos sobre las Torres del Paine o sobre el Estrecho de Magallanes, lo cual da mucha rabia. Este país es una potencia con 200 millones de habitantes, en su mayoría gente amable y simpática, el turista perfecto que puede llegar a la Patagonia y da la impresión que las autoridades no están haciendo la suficiente publicidad ni facilidades para que su arribo sea por Chile.