“Se fue…”. La frase de la madre dio paso a las lágrimas y a un abrazo con su esposo. La reunión que se prolongó por cerca de una hora en la UCI del Hospital Clínico de Magallanes había terminado con la confirmación por parte de los médicos de la muerte cerebral del estudiante de 15 años, dando paso al dolor de los familiares y de los cercanos del adolescente que, a esa hora, cerca de las 15,15 hora, permanecían aún con alguna luz de esperanza en los pasillos del recinto hospitalario.

Conocida la noticia, el propio padre compartía con los suyos la decisión familiar de donar los órganos de su hijo. Aquello significaría esperar un par de horas para la entrega del cuerpo, luego de la tramitación correspondiente con intervención de la Fiscalía, del Servicio Médico Legal, y la activación de los protocolos respectivos. Se estimaba que ello no ocurriría antes de las 20 horas.

Profundo pesar

La noticia había calado profundo, principalmente en la comunidad educativa del Colegio Pierre Faure, considerando que el alumno de segundo año medio era muy apreciado por su responsabilidad, excelentes calificaciones y buenas relaciones con sus compañeros. “Era un joven muy tranquilo, pero participativo, de muy buena disposición”, destacó uno de los docentes del establecimiento ayer durante la tarde.

Por su parte, la rectora del mismo establecimiento, Pilar Bahamonde, dijo que “no se explica el motivo por el cual el estudiante pudo recurrir a esa instancia, siendo un alumno brillante y muy participativo en las actividades que se desarrollan en el colegio. Hemos estado en el hospital junto a sus familiares y como institución habíamos realizado una misa en la iglesia Nuestra Señora de Loreto en oración para la mejora de su salud”,

Por eso, lo ocurrido el pasado martes fue una sorpresa, triste, dramática, lamentable, detonada por motivos que parecen inexistentes. Fue alrededor de las 7,30 horas del martes cuando personal del SAMU llegó hasta el domicilio del sector sur para responder a la emergencia protagonizada por el adolescente, quien se había asfixiado atando una bolsa nylon alrededor de su cuello.