Hace 10 años los teléfonos públicos eran usados masivamente, sin embargo con los avances tecnológicos y la aparición de los celulares, han ido quedando en el olvido. Las facilidades para adquirir un aparato a bajo precio y con planes al alcance de la mayoría de los bolsillos, han provocado que aquellos aparatos instalados en la vía pública, hoy sean casi una “especie en extinción”.
No obstante, en el centro de Punta Arenas aún se pueden apreciar algunas cabinas telefónicas, cuya apariencia hace notar su desuso. Pero en algunos almacenes de barrios su presencia sigue fija, porque representa una ayuda para los vecinos.
Luz Miranda, dueña del Minimarket y Bazar Nico manifestó que “muchas veces la gente en la quincena o a fin de mes ya no tiene para cargar su teléfono, en caja vecina no puede recargar con menos de mil o mil quinientos pesos, de repente hay gente que quiere cargar con $ 500 y no se puede, pero con eso sí puede llamar y por eso nosotros aún prestamos este servicio”.
A su vez, en Minimarket Don Carlos, ubicado en Población Aves Australes, durante muchos años tuvo un teléfono público al interior del local y les dejaba grandes ganancias, que duplicaban el costo de mantención, sin embargo el aumento del uso de la tecnología y el vandalismo les jugó en contra: “Hay gente que le gusta dañar las cosas, así como dañan los públicos, también dañan lo que está dentro de un lugar. Le metían palitos de fósforos, las monedas no entraban y había que destrabarlos.
Eso es molesto”, señaló Adela Vargas, propietaria del local. Así fue como debieron retirarlo, ya que el gasto que producía era mayor a las ganancias: “Disminuyeron las ventas con la llegada de las nuevas compañías de teléfonos celulares, pero también como hay gente que debe en muchas compañías, algunos ya no pueden usar ninguna entonces necesitan el teléfono público”, dijo Adela Vargas.
El teléfono público presentaba una ayuda para quien no tuviera una línea fija en casa o se quedará sin dinero. Esos fueron uno de los motivos para mantener el aparato en el bazar, según mencionó Luz Miranda. “Ayuda, si uno queda en pana o no está abierta la puerta o algunos chicos se quedaban sin llave o no había nadie, entonces llamaban a sus papás y es una ayuda”, señaló Miranda.
En la actualidad, los ubicados en el centro son utilizados generalmente para pedir ayuda en casos de emergencias.