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“Fuerte Bulnes, la Historia Secreta”

Nuevo libro invita a conocer aspectos desconocidos del Fuerte Bulnes

cronica
23/01/2018 a las 14:30
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La obra, de Nelson Toledo, permite recrear parte de esta epopeya que se escribió con sangre, sudor y lágrimas en tiempos no muy lejanos, a 60 kilómetros al sur de Punta Arenas.

Fuerte Bulnes, ubicado a sólo 60 kilómetros del sur de Punta Arenas, es hoy un orgullo nacional y merecía una obra. Es que fue gracias a la llegada de la goleta Ancud a este sector que los territorios desde Aysén hasta la Antártica pasaron a ser definitivamente de nuestro país.

Corría el mes de mayo de 1843 y esa frágil nave de guerra construida en Ancud, bautizada con el mismo nombre, zarpaba del puerto del mismo nombre. El hecho no era menor para esa pequeña y pobre ciudad, cuya comunidad entera se agolpó ansiosa en el muelle para despedirla batiendo sus pañuelos al viento. Es que además de la incierta travesía que iniciaba, era también el primer barco de guerra construido en Chile. Después de una travesía infernal y de sortear mil obstáculos, que incluso pusieron en peligro la misión, por fin la goleta Ancud logró arribar a la Punta Santa Ana, en los fríos e inhóspitos territorios de la Patagonia.

Al mando del capitán John Williams o Juan Guillermos, un grupo de esforzados chilotes venían con el firme propósito de enarbolar el emblema patrio y entregarle a Chile de una vez y para siempre estas tierras y cumplir por fin el sueño de O’Higgins. Su llegada no pudo ser más precisa, puesto que al día siguiente un barco francés, Phaeton, arribó con claras intenciones de apropiarse de estas tierras para Francia. Luego los chilenos se dieron a la tarea de construir Fuerte Bulnes.

El tiempo diría que esta ubicación no era la más adecuada. Pero aquí se inició un nuevo capítulo en la historia de Chile, que por fortuna podemos conocer gracias a los testimonios escritos que dejaron varios de sus gobernadores. Acá se iniciaba una epopeya de sacrificios, de duros inviernos y de noches interminables, donde campeaban la nieve y el viento implacable en un mundo perdido, habitado hasta entonces sólo por los primitivos habitantes de estas tierras.

En este nuevo libro del historiador Nelson Toledo se muestra una parte de esa epopeya hasta hoy poco conocida y, al mismo tiempo, escasamente difundida.
“Desde las comodidades actuales, nos cuesta imaginar los sacrificios, el exceso de trabajo y las penurias sin cuento que padecieron en un pasado no muy lejano estos seres humanos producto del aislamiento. En su condición de chilenos, mal vestidos y muchas veces mal alimentados, nadie en el norte del país los llevaba ni de apunte. Simplemente al resto de Chile poco le importaban. Les enviaban ropa y calzado en tallas incorrectas, de pésima calidad y además en número insuficiente. En estos territorios librados a los vientos se comía poco y se trabajaba demasiado”, señala el propio Toledo.

El primer femicidio
en la Patagonia
A través de 170 páginas su autor nos invita a descubrir y recrear pasajes desconocidos ocurridos en la colonia de Fuerte Bulnes, que finalmente debió ser abandonada para trasladarla a un lugar más halagüeño, a la Punta Arenosa, feliz iniciativa que adoptó con decisión el gobernador José de los Santos Mardones.

En cada uno de sus capítulos se revela, en forma rigurosa y a la vez amena, muchos aspectos desconocidos que ocurrieron en Fuerte Bulnes. “Por ejemplo tenemos el primer femicidio en la Patagonia, la plaga de ratones que asoló esta colonia donde la tragedia y la fatalidad estaban a la vuelta de la esquina. Es poco conocido además que nada menos que el padre del famoso pintor francés Paul Gauguin está sepultado en el cementerio de Fuerte Bulnes y cuyos restos fueron encontrados por investigadores de la Universidad de Magallanes”.

Y agrega: “Fuerte Bulnes es una comedia amarga, porque aquí ocurrieron hechos jocosos y a la vez tristes. Jocoso y casi ridículo es el caso del mayordomo que le enviaron al gobernador Mardones. De seguro con la mejor de las intenciones, en 1847 el comandante general de Marina de Valparaíso le envió al gobernador José de los Santos Mardones un flamante mayordomo para el servicio de su casa, individuo que llegó a bordo del bergantín Cóndor. ¿Un mayordomo para un lugar tan salvaje y rudimentario como Fuerte Bulnes? El gobernador no supo si enojarse o tomar este desubicado envío con humor. Por lo pronto, puso a prueba las aptitudes del mayordomo para ver alguna posibilidad de emplearlo como maestro de escuela o tal vez como encargado del almacén de víveres. Pero el fulano este no dio resultado ni en lo uno ni en lo otro, por lo que fue devuelto al norte del país”.

La heroica labor de fray Pasolini
Toledo destaca también la heroica labor del primer sacerdote en estos territorios, fray Domingo Pasolini, “un frailecito de esos de los tiempos viejos, quien hizo suyo el refrán de ‘a Dios rogando y con el mazo dando’. Es que fray Pasolini no dudó nunca en arremangarse la sotana para empuñar el hacha y el serrucho y aserrar los tupidos bosques de ese entonces”.

Por cierto, Fuerte Bulnes no fue nunca un lugar paradisíaco ni menos un resort, por eso -enfatiza el autor- no nos debe extrañar que muchos decidieran emprender la huida. Prefirieron enfrentar la pampa y sus peligros, con el riesgo además de ser víctimas de los aborígenes. “Totalmente comprensible. Es que cualquier cosa era mejor que vivir en este infierno que remedaba un poblado”, señala.

Pero fue gracias a esta epopeya olvidada, desconocida para el resto del mundo, que se dio comienzo al poblamiento de esta helada parte de Chile. Fueron los sacrificados comienzos -advierte Toledo- “por eso no sorprende que más tarde, ya instalados en la incipiente Punta Arenas, se produjeran dos sangrientos motines. Que no fueron los únicos por cierto, ya que hubo otros intentos menores que fueron reprimidos con severidad por la autoridad”.

En suma, “Fuerte Bulnes, la Historia Secreta”, es historia y a la vez homenaje a la memoria de esos pioneros, muchos de ellos chilotes, que entregaron sus vidas haciendo patria en el fin del mundo.

Nelson Toledo, autor: "Fuerte Bulnes es una comedia amarga, porque aquí ocurrieron hechos jocosos y a la vez tristes”.

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