Cuando se habla de la Antártica inmediatamente pensamos en icebergs, glaciares y temperaturas por debajo de los 0°C sin ver más allá de toda la naturaleza que rodea al Continente Blanco.
Pingüinos, ballenas, aves y flora nativa son algunas de las diversidades que ofrece el territorio antártico, que para muchos es desconocido, pero donde cada día trabajan más de 300 científicos de diferentes países, en busca del desarrollo de la ciencia para Chile y el mundo.
Debido al cambio climático, son muchas las especies que podrían dejar de existir. Sin embargo, otras podrían sobrevivir al inminente cambio que se avecina, y que parece no tener freno.
La investigadora de la Universidad Católica de Temuco, y Doctora en Ecofisiología Vegetal, Angélica Casanova, lleva diez años viajando a la Antártica para estudiar el efecto del cambio climático sobre la vegetación y para conocer si en ese escenario las plantas tienen algún impacto positivo.
“En los experimentos de cambio climático -de calentamiento particularmente- he visto que las dos plantas nativas que existen en la Antártica, que son “Deschampsia antarctica” y “Colobanthus quitensis” (ver foto), les va bastante bien con el poco calentamiento que nosotros le aplicamos, que son entre 1 y 2 grados.
También hemos visto que hay especies de musgos que han mejorado su reproducción sexual en este nuevo escenario, lo que implica su adaptación. Por otra parte, los líquenes nativos de la Antártica (ver foto) reducen su tasa de crecimiento debido al calentamiento global y en algunos casos mueren. Uno puede decir que el calentamiento afecta de forma distinta a estas especies”, explicó Casanova.
¿Volverán los bosques a la Antártica?
Consultada sobre si el Continente Blanco podría convertirse en un bosque como hace millones de años, Casanova dijo que “la historia antigua de la Antártica demuestra que efectivamente estaba conectada con Sudamérica y en esos tiempos había bosques, ahora solo encontramos fósiles.
Lo que podríamos ver, considerando que el Domo Bellingshausen podría desaparecer en los próximos 200 años, producto del calentamiento climático, es que la vegetación que tenemos y que está formada por líquenes, uno podría pensar que vamos a tener una pradera verde, pero pequeña. Vamos a mantener esta vegetación, donde están estos organismos que son muy resistentes a estas condiciones que son muy duras”, dijo la investigadora.
Avances
Por otra parte, la doctora destacó el avance que ha tenido el Instituto Antártico Chileno en cuanto a las instalaciones que ofrece a los científicos que van a desarrollar sus estudios en el Continente Blanco. Sin embargó, enfatizó que “hace falta más recursos y comprender cuál es el rol que tiene nuestro país (Chile) en la ciencia antártica. Se está incorporando la ciencia antártica, pero todavía estamos con pocos recursos para hacer que esto se consolide a largo plazo, necesitamos que esto siga creciendo”, cerró Casanova.
@JesúsNieves