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Tuberculosis y otras enfermedades

Las patologías que acechan a las personas en situación de calle

cronica
20/07/2019 a las 19:55
preprensa Diseno
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Un usuario de la Hospedería del Hogar de Cristo de Punta Arenas está siendo tratado en el Hospital Clínico Regional de Magallanes por la antigua tisis, que alguna vez fue considerada romántica

En 1977, la escritora estadounidense Susan Sontang escribió en “La enfermedad y sus metáforas”, un notable ensayo donde analizó la tuberculosis y el cáncer, males considerados misteriosos en sus respectivos momentos y en torno a los que han crecido prejuicios, fobias y, sobre todo, miedo; desatando una suerte de fantasías, muchas asociadas al castigo, que incluso dificultan su tratamiento y cura. Diez años más tarde, en los 80, cuando el VIH se leyó como una maldición contra el libertinaje sexual, Susan Sontag lanzó “El sida y sus metáforas”, una suerte de oportuno complemento del primero, desmitificador y muy humano.

La tuberculosis, tisis, peste blanca, es una enfermedad infecciosa causada por microbacterias y considerada uno de los primeros males humanos de los que se tiene constancia. En el siglo 20, gracias al desarrollo de antibióticos específicos, disminuyó su prevalencia en el mundo, pero el golpe al sistema inmune humano que representó la irrupción del sida, vuelve a activar la tisis, alguna vez considerada romántica y hoy muy presente en las poblaciones más vulnerables.

La semana pasada hizo noticia el caso de un hombre en situación de calle, usuario de la Hospedería de Punta Arenas del Hogar de Cristo, que fue diagnosticado de tuberculosis, lo que activó un operativo de salud en ese programa para prevenir posibles contagios.

Álvaro Rondón, jefe social territorial del Hogar de Cristo en Magallanes y magíster en políticas públicas, apareció en los medios locales, explicando que estas iniciativas no sólo son habituales, sino muy necesarias, sobre todo a la luz de lo que arroja el primer estudio estadístico sobre las enfermedades que afectan a las personas en situación de calle, que son la manifestación más extrema de la pobreza.

 

Magallanes

A junio se registraban 18 casos diagnosticados, cifra proporcionalmente superior a los 21 registrados durante todo el 2018, según información entregada por la referente del programa Tuberculosis (TBC) del Servicio de Salud Magallanes, enfermera Marcela Contreras.

La profesional, consignó el Servicio de Salud de Magallanes, comentó que efectivamente existe un aumento de los casos a nivel regional, porque se ha intensificado la búsqueda; “es decir este año se ha hecho especialmente por parte de atención primaria una búsqueda muy activa para poder identificar a las personas que están con tuberculosis y que han desarrollado la enfermedad, en este momento tenemos 18 casos para el año 2019, lo que claramente es un aumento considerando que el año 2018 se registraron 21 casos”, indicó.

Agregando que, esta enfermedad pasó por muchos años de ser una enfermedad olvidada. “Dejamos de hablar de tuberculosis, pero si uno les pregunta a las personas mayores, ellas sí las tenían presente, pero en este tiempo como se hablo en su momento de tendencia a la erradicación, dejamos de buscarla, por lo tanto, creímos que no estaba y ahora al volver a escucharla, se genera esta sensación de alarma o de inseguridad en la comunidad”, puntualizó Marcela Contreras.

En Santiago, Fundación Salud Calle, que tiene 11 años de existencia, colabora desde entonces con las hospederías del Hogar de Cristo y también realiza rutas calle. Han tenido 2.800 voluntarios y anualmente se inscriben 200 estudiantes de medicina para trabajar en esta tarea a lo largo del año. Cuenta con una generación de 50 médicos titulados, algunos especialistas, todos sensibilizados con los más excluidos de la sociedad. Hace poco, iniciaron un trabajo de investigación para saber qué tipo de enfermedades tienen alta prevalencia en estas personas. “A la gente le gusta cuantificar, entonces nos pusimos a recopilar nuestras fichas desde el 2011 a 2017 y a digitalizarlas, luego las traspasamos a Excel. Recuperamos cerca de 600, pero tuvimos que filtrar el contenido para que fuera de calidad y finalmente nos quedamos con 452 fichas”, cuenta Bárbara Ricouz, estudiante de medicina en la universidad Finis Terrae y directora ejecutiva de Salud Calle

¿Cuál fue el principal hallazgo a partir del análisis de esas fichas?

 

Trilogía fatal

Lo más alarmante, sin duda, resultaron los casos de tuberculosis, VIH y esquizofrenia. En las personas en situación de calle, un 7% presentó tuberculosis, una cifra muy superior a la media nacional que es de 2,8 casos por cada 100.000 habitantes. En VIH, también arrojó una cifra muy superior: un 3% de las personas en situación calle.

“Aquí nosotros registramos los que ya habían sido diagnosticados. El problema está en aquellos que no lo han sido. Estas personas no quieren ser visibilizadas por los centros de salud, lo que es lamentable, porque el VIH está incorporado en el AUGE, pero eso obliga a tratarse sí o sí, y ellos, por sus características de vida, no son regulares en sus controles y tratamiento. Pensamos que el porcentaje real puede estar entre un 4 a 5%, lo que incrementaría mucho el costo de la atención en el sistema público”.

La futura doctora abunda así en el tema: “Hemos visto un desinterés por parte del Ministerio de Salud de diagnosticar en calle, por un tema de recursos. Además, este año no se abrió el concurso de salud en pleno invierno como otros años, lo que nos afecta mucho en el financiamiento. Ahora nos estamos ofreciendo como voluntarios para el ministerio de Desarrollo Social para hacer ruta calle, porque queremos aportar”, afirma.

Para Bárbara Ricouz no sólo es preocupante la estadística que ellos han registrado, sino el subdiagnóstico de las enfermedades y las enormes dificultades que tienen las personas en situación calle para acceder al sistema de salud. Se hace imperiosa la creación de un policlínico especializado en atender a este universo excluido: “Sólo así lograremos la reinserción de estas personas a la red de salud pública. Ese modelo lo tienen en Canadá, con recursos del Estado. Ellos se acercan a los rucos, albergues y hospederías, y los citan al centro de salud. No podemos esperar a sacarlos de la calle, hay que reintegrarlos en un aspecto clave como es la salud, un asunto que es de vida o muerte”.

Otra cuestión clave es desmitificar y no caer en versiones alarmistas de lo que representa la tuberculosis, el VIH y la esquizofrenia, males, como vimos, propios de la crudeza que significa la pobreza y su manifestación más dura, la vida a la intemperie, sin techo, trabajo, redes, vivienda, salud, apoyo. Pensando en Susan Sontag y sus metáforas en torno a la enfermedad, hay tres que son habituales en el mundo de hoy: entender el cuerpo como una máquina; la medicina como una guerra y, la peor de todas, entender la medicina como negocio. Con los más pobres, no hay negocio posible. Y, cuando enferman, todos como sociedad, somos responsables y debemos apoyar y hacernos cargo. “Involúcrate”, dice Álvaro Rondón, responsable de la Hospedería del Hogar de Cristo en Punta Arenas, feliz de contarnos, que, tras el operativo médico entre los 50 usuarios del programa, se determinó que no había ninguno contagiado de tuberculosis. (Nota con textos de Ximena Torres Cautivo y María Teresa Villafrade).

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