Un llamado angustiado de ayuda hizo ayer la madre de cuatro pequeños niños cuyas edades van desde los cinco meses hasta los ocho años.
Hace dos semanas, ella y su pareja se mudaron de la casa donde vivían a una vivienda abandonada en la población Alfredo Lorca. “Estábamos hacinados en la casa de mi suegra, viviendo seis personas en una pieza. Ella se portó bien con nosotros, pero en realidad es difícil sentirse cómoda en una situación así cuando estás viviendo en esas condiciones de hacinamiento”, dijo.
Dos años habían estado en esas condiciones, pero eso empezó a cambiar hace poco. “Gracias a Dios, una tía nos cedió una casa que tenía abandonada en la población Lorca”, dice Gladis Meneses, quien acudió a Pingüino Radio para contar la difícil situación que vive junto a su pareja e hijos.
Según contó, aunque agradece enormemente el gesto de su familia, a la vivienda le faltaba una ventana y no había ningún mueble.
“Estoy totalmente agradecida de la gente que escuchó nuestro mensaje y respondió con mucha prontitud a nuestra petición”, indicó.
En pocos minutos, la ayuda empezó a llegar casi por obra de magia, gracias a la generosidad de los oyentes: primero, un juego de comedor y, luego, una cocina. “No tenemos estufa pero la cocina calienta bastante. Y la persona que la donó, nos dijo que arreglaría la ventana”, dijo con alegría.