Estamos a punto de cumplir un año desde que se conoció el primer caso de Coronavirus en Magallanes. Y ha sido un periodo muy duro para todos. Estamos ante una disyuntiva. Magallanes puede estar frente a una dura recesión y en ello la pérdida de miles de puestos de trabajo puede llegar a incidir demasiado. Una publicación de Jorge Marshall señala que el Banco Central advirtió a fines de 2018 que el mercado laboral en Chile tiene una alta heterogeneidad y una excesiva rotación, factores causados por problemas estructurales profundos. La rotación laboral es la más alta entre los miembros de la OCDE y está fuertemente correlacionada con el perfil de educación e ingreso. Cuando esta rotación está acompañada de heterogeneidad, no produce ganancias de ingreso para los trabajadores ni de productividad para las empresas. Por eso en la Región de Magallanes y Antártica Chilena es fundamental la diversificación en el sector productivo y en ello, las cosas en los últimos años no se han hecho bien. Hoy en la zona más austral del país somos muy dependientes y eso en casos de crisis como la que vivimos es muy peligroso porque nos hace jugar al límite. ¿Por ejemplo qué hacen hoy los miles de magallánicos que dependían de Mina Invierno? El déficit de buenos empleos en nuestra región es una manifestación más de las limitaciones de una economía organizada casi exclusivamente en torno a solo algunas actividades productivas. El Coronavirus ha agravado esta realidad y probablemente dejará una huella profunda en el mercado del trabajo. Según cifras recientes, un 68% de las personas ha tenido importantes disminuciones de ingreso en el último año, las que en el caso de los trabajadores por cuenta propia y de los independientes, alcanzan un 60% en promedio. Los especialistas anticipan un aumento significativo en la pobreza como consecuencia de la crisis, que en el caso de la definición de ingreso multidimensional podría llegar a un 25% de la población.