Durante el mediodía de hoy, Ricardo Oyarzo Saldivia conocerá su castigo tras ser declarado culpable de microtráfico de drogas. El condenado ya reconoció su intento de ingresar 82 comprimidos de clonazepam al Complejo Penitenciario de Punta Arenas.
El ilícito ocurrió en mayo de 2020. Eran cerca de las 11 de la mañana y el sujeto concurrió a la cárcel para entregar una encomienda a un recluso. Cuando el paquete pasa por la máquina de rayos X, funcionarios de Gendarmería se percataron de una rareza dentro de tres desodorantes marca Gillette.
Los gendarmes decidieron inspeccionar más detenidamente la caja y descubrieron que al interior de los desodorantes se escondían once bolsas de nailon con 82 comprimidos color rosado. Además había 14 trozos de pastillas. Cuando la sustancia fue sometida a prueba de campo, constataron que se trataba de clonazepam.
Tras casi un año bajo la medida cautelar de arraigo regional, Oyarzo Saldivia admitió su responsabilidad en el ilícito. La Fiscalía reconoció su colaboración con la investigación y bajó su pretensión de pena –tres años de cárcel y multa de 40 UTM (casi dos millones de pesos)– a un castigo de 150 días de presidio y el pago de 10 UTM (500 mil pesos).
La defensa solicita que la condena sea remitida, es decir, que la pueda cumplir en libertad y bajo el monitoreo del Centro de Reinserción Social de Gendarmería. Además piden una rebaja en la multa impuesta por la situación económica mermada que pasaría el condenado.
La decisión final le corresponde al Juzgado de Garantía de Punta Arenas, que leerá su sentencia hoy a mediodía.