¿Se ha dado cuenta usted de que diariamente en la Región de Magallanes y Antártica Chilena tenemos accidentes de tránsito? El sábado 18 tuvimos un volcamiento protagonizado por dos jóvenes que acaparó portada de los diarios. Las cifras no mienten e incluso nos indican que en Punta Arenas son al menos dos hechos de estas características los que ocurren por descuidos, irresponsabilidades y un pésimo manejo. El principal culpable de los accidentes que ocurren todos los días en Magallanes es el chofer. Es la persona que va al volante del vehículo. Hoy tenemos múltiples accidentes de tránsito por falta de responsabilidad de quienes conducen. Algunos de los vicios que se ven a diario en Magallanes: manejar por la izquierda a baja velocidad y permitir los adelantos por la derecha. El no uso de los espejos retrovisores para ver la maniobra que se va a realizar; al girar hacia la derecha, abrirse cambiando de vía como que estarían conduciendo un bus o un camión; hablar por celular mientras está conduciendo y lo que es peor se quedan pegados en los semáforos más atentos a la conversación por WhatsApp que al cambio de luces para seguir con la carrera y no hacer tacos. Estacionarse en doble fila en especial a las salidas de los colegios, si o si tienen que estar lo más cerca de la puerta de entrada. ¿Se está haciendo un buen examen para entregar las licencias de conducir? Las municipalidades deben ser más estrictas en la fiscalización de los exámenes prácticos y que estos no sean de dar vuelta una manzana de calles, sino que deban enfrentar situaciones difíciles y en lugares de alto tráfico. La conducción en Magallanes es muy mala y hay prepotencia al volante, falta ser amables, hay ignorancia en lo que significa acelerar midiendo la distancia para usar la velocidad de inicio y de frenar. Al conducir, la física está presente a cada rato. Sería muy grato que tanto conductores como peatones respetáramos las normas del tránsito, la velocidad permitida, los signos pare, los ceda al paso, los semáforos en sus colores respectivos. Respetáramos al conductor del otro vehículo, al peatón, al animal que cruza, y por supuesto, a nosotros mismos, pero eso no pasa en Magallanes y lo que está ocurriendo es que los accidentes van en aumento.