Es probable que muchas veces no lleguemos a comprender el real significado de la ciencia en nuestras vidas. Para quienes no estamos directamente relacionados con el trabajo científico, nos puede resultar complejo llegar a entender la magnitud de esta tarea muchas veces silenciosa, que conocemos a través de noticias donde vemos laboratorios, profesionales en terreno obteniendo muestras o compartiendo charlas que no terminamos de entender del todo.
Sin embargo, la ciencia está presente en el día a día, en cada instante y momento de nuestras acciones y cumple un rol determinante al punto que, sin darnos cuenta, nuestras vidas llegan a depender de sus resultados y conclusiones.
La pandemia del Coronavirus ha sido uno de esos momentos donde la actividad científica ha jugado un rol fundamental para la toma de decisiones y para que el mundo comience a entender sus alcances.
Sin el trabajo de la comunidad científica, sería imposible dimensionar los efectos concretos del cambio climático y sus consecuencias por ejemplo en la agricultura, la pesca, su rol en las sequías o simplemente, saber por qué ocurren los fenómenos de los que estamos siendo testigos. Por esta y otras muchas otras razones, avanzar en el fortalecimiento de las acciones científicas y el conocimiento es una tarea primordial que debe ser tomada muy en serio y con responsabilidad.
En este sentido, esta semana, el Ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación Andrés Couve, inauguró en Punta Arenas el Cowork Austral, un espacio que busca potenciar fuertemente y de manera concreta a la Región de Magallanes y Antártica chilena en el desarrollo científico y tecnológico aprovechando sus ventajas comparativas, por ejemplo, la cercanía con el continente blanco y su calidad de laboratorio natural.
Un lugar para el intercambio del conocimiento y establecimiento de redes locales e internacionales en el ámbito científico, la cooperación y la generación de proyectos e iniciativas que puedan tener como eje central a la región magallánica.
Por cierto, que se abren nuevas y mejores oportunidades para el desarrollo del conocimiento, la tecnología y la innovación local de la mano de los recursos y las herramientas necesarias para llevar adelante esta tarea.
Así es como se renuevan las expectativas en cuanto a la forma en que podemos observar el futuro cercano sobre nuevas áreas de trabajo. Algo similar a lo que esperamos pueda ocurrir en Puerto Williams.
Tal como se mencionó durante la inauguración del Cowork Austral, estamos frente a la oportunidad de asumir el compromiso y la responsabilidad de contribuir al fortalecimiento de la actividad científica para seguir transitando por esta ruta señalada como propósito de un polo de desarrollo antártico.
Por otra parte, también será relevante y necesario que la comunidad científica pueda continuar generando instancias de acercamiento con la ciudadanía, estrechando alianzas y encuentros participativos permanentes con las organizaciones sociales, comunidades educativas, juntas vecinales, personas mayores, entre otros, para compartir aspectos centrales de sus respectivos trabajos, objetivos y avances, en definitiva, socializando el conocimiento.
El trabajo colaborativo y asociativo de la ciencia y la educación con la comunidad solo puede aportar resultados positivos y beneficiosos para la región y su gente pensando en un presente con oportunidades y muchos desafíos.