El caso “mega abigeato” concluyó con Vladimiro Gallardo Poll condenado a más de cinco años de cárcel. El Tribunal Oral en lo Penal de Punta Arenas lo encontró culpable de abigeato, usurpación, receptación y tenencia ilegal de arma de fuego.
Su hermano Andrés -que solo fue sentenciado por abigeato y usurpación- cumplirá con tres años de libertad vigilada intensiva. Los otros dos imputados de la causa fueron absueltos de todos los cargos.
El tribunal de fondo –que analizó la prueba rendida durante más de un mes de juicio– dio por acreditado los hechos ocurridos el 3 de mayo del 2019 en el lote 83 de Santa María, a 13 kilómetros de Porvenir.
Ese día, funcionarios de Carabineros y el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) concurrieron a fiscalizar la parcela. Denuncias anteriores indicaban que el sitio –que fue cedido a la congregación salesiana Don Bosco– había sido usurpado y que en él se apiñaba ganado sustraído.
En su interior se encontraban los hermanos Andrés y Miguel Gallardo Poll, además de Jorge Gallardo Guerrero y Jonathan Cayupel Leviñanco. Según la sentencia, arrearon casi 2.800 animales ovinos al predio, cuyo portón fue obstruido con cadenas y candados.
Mientras se revisaba el ganado, Vladimiro Gallardo Poll llegó al sitio y ordenó a que soltasen los animales. Tras ser detenido se fiscalizó su auto y le encontraron un rifle no inscrito y que provenía del robo de un domicilio en Punta Arenas. También le incautaron 10 municiones calibre 22.
Un total de 407 ovinos fueron reconocidos por otros ganaderos y estancieros de Tierra del Fuego, la mayoría perteneciente a Rodrigo Filipic. De acuerdo al examen del SAG, el ganado tenía más de 50 marcas auriculares distintas y el 15% revelaba una contramarca reciente.
El Ministerio Público acusó a los cinco detenidos en el loteo por abigeato reiterado y usurpación. Sin embargo, el tribunal resolvió que solo los hermanos Andrés y Vladimiro Gallardo Poll eran autores de los ilícitos. Además, rechazaron la tesis de la fiscalía de que los acusados conformasen una agrupación criminal.
“Se trata de familiares directos que, particularmente en labores de campo, se auxilian recíprocamente. Si bien algunos de ellos cometen ilícitos, no se advierte que se organicen especialmente para ese fin”, fallaron los magistrados.
Los dos condenados tendrán que pagar una multa de casi 4,2 millones de pesos por sustraer animales y ocupar ilegalmente el terreno. Vladimiro también fue hallado culpable de receptación y tenencia ilegal de arma de fuego. Aunque lo penaron con más de cinco años de cárcel efectiva, el tribunal le abonó los casi dos años y siete meses que ha cumplido con prisión preventiva y arresto domiciliario total.
En el caso de Andrés, el tribunal acogió la solicitud de la defensa y su pena fue sustituida por la libertad vigilada intensiva, quedando bajo la sujeción del Centro de Reinserción Social (CRS) de Gendarmería.