Tras más de seis meses recluido en la cárcel, el sujeto de iniciales P.L M. –cuyo nombre se resguarda por resolución judicial– pudo abandonar el Complejo Penitenciario de Punta Arenas. El tribunal lo condenó a tres años de libertad vigilada intensiva por tráfico ilícito de drogas y quedará sujeto al control del Centro de Reinserción Social (CRS) de Gendarmería.
El sentenciado realizó el ingreso frustrado a la Región de Magallanes de 333 gramos de ketamina, 44 pastillas de éxtasis y tres comprimidos de clonazepam. El Servicio Nacional de Aduanas (SNA) lo descubrió en el Aeropuerto Presidente Carlos Ibáñez del Campo, tras revisar su chaqueta y su cuerpo.
De acuerdo a lo informado por la Policía de Investigaciones tras el procedimiento, la droga sintética incautada se avalúa en 20 millones de pesos.
P.L.M. ha cumplido con prisión preventiva desde el 4 de junio. El lunes lo enjuiciaron en un procedimiento abreviado y aceptó su autoría en los ilícitos, siendo condenado por tráfico ilícito de drogas.
Ayer se comunicó la sentencia en su contra. Aunque lo condenaron a tres años de cárcel, el tribunal sustituyó la pena por la libertad vigilada intensiva, pues fue beneficiado por las atenuantes de irreprochable conducta anterior y colaboración con la justicia.
El CRS de Gendarmería debe elaborar un plan de intervención individual. Además, P.L.M. tendrá que cumplir con reclusión parcial nocturna –entre las 10 de la noche y las seis de la mañana– mientras dure el tiempo de la condena.
El Juzgado también le impuso una multa de 40 unidades tributarias mensuales (cerca de 2,1 millones de pesos), monto que podrá ser pagado en 12 parcialidades. Además se ordenó el decomiso de todas las especies incautadas durante el procedimiento.