Un objetivo es el resultado al que se pretende llegar como consecuencia de una serie de acciones.
El no cumplir o abandonar los objetivos afecta la salud mental. Especialmente afecta la auto confianza, lo que hace que la persona dude de su propia capacidad. Entonces se hará muy difícil, costoso o casi imposible lograr lo que se proponga. Cuanta menos confianza se tiene en uno mismo, mayor es la incertidumbre, las dudas y los miedos. Esto a su vez impide que la persona pase a la acción.
Una forma de salvaguarda la salud mental, es aprender a cumplir con los objetivos, para lo cual se puede seguir las siguientes sugerencias:
1-Hay que hacer una definición positiva del objetivo. Se debe diseñar en función en lo que quieres lograr. El primer paso es formular los objetivos en términos de acciones que se desean que ocurran. Por ejemplo, ante un problema de tabaquismo, muchas veces la formulación del objetivo se realiza de la siguiente forma: “quiero dejar de fumar”. Esta forma de definir el objetivo es incorrecta ya que el foco de acción está en un elemento negativo. Sin embargo, este mismo objetivo se puede replantear de la siguiente forma: “quiero tener una vida saludable”. Así la acción se centra en el aspecto positivo.
2-Los objetivos deben tener un tamaño adecuado para que sean factibles conseguirlos. El objetivo debe ser de una dimensión realista. En el caso que sea demasiado grande debería dividirse en objetivos más pequeños y asequibles. Por ejemplo, una persona que desea iniciar una dieta, es imposible que pueda bajar 40 kilos de peso en 1 mes. Entonces, el objetivo que se podría poner es: bajar 1 kilo al mes.
3-Es muy importante estar evaluando si se está logrando conseguir el objetivo. Para ello habría que preguntarse: ¿Cómo sabré si me estoy acercando a lo que quiero? Por ello hay que definir con qué o cómo va a comprobar los avances hacia la obtención del objetivo. En el caso que la finalidad sea bajar de peso, habría que estar viendo el peso que marca la balanza ya sea semanal o mensualmente. De esa forma se podrá constatar si la persona se está acercando o alejándose del objetivo previsto.
4-Se puede emplear la visualización para el logro de objetivos, planteándose algunas preguntas como las siguientes: ¿Qué observaré cuando haya logrado el objetivo? ¿Qué sonidos podré escuchar? ¿Qué aromas podré oler?, etc. En caso que el objetivo sea bajar de peso, la persona puede visualizarse pesándose y viendo en la balanza el peso deseado, a la vez puede imaginarse a sus amistades diciéndole: estas logrando llegar a tu peso ideal.
5- La obtención del objetivo debe ser siempre responsabilidad de la persona que se lo plantea. En el ejemplo que se ha empleado, es la persona misma quien es responsable de bajar de peso y no el entorno. Si la persona se ha propuesto bajar de peso, no debería predominar el hecho que, a su alrededor, estén personas ingiriendo comidas con altas calorías.