“Agresiva, descontrolada y salvaje”. Así calificó la fiscal Wendoline Acuña la agresión que protagonizó un joven de 29 años, quien le arrancó de una mordida un trozo de nariz a un hombre.
El imputado cumplirá con arresto domiciliario total mientras sea investigado por tres delitos. El plazo de las indagatorias se fijó en cuatro meses.
Agresión tras un asado
Los hechos ocurrieron en el Barrio Sur. Rigoberto Limpias Saucedo y su conviviente fueron invitados a un asado en la casa de dos hermanos. Ambos llegaron en la noche del sábado y compartieron bebidas alcohólicas con el resto de los asistentes de la reunión.
Ya en la madrugada, la pareja salió al exterior de la casa e inició una discusión. Los gritos llegaban hasta el inmueble y los dueños decidieron interceder para que cesara el altercado.
Esta situación habría ofuscado al imputado. A uno de los hermanos lo golpeó en el rostro y en su cuerpo. También lo mordió en su zona abdominal. Al otro le arrancó la punta de la nariz con sus dientes.
Tras la agresión, el joven se dirigió al station wagon de las víctimas y le arrojó piedras. Provocó daños en el parabrisas avaluados en una Unidad Tributaria Mensual (UTM).
Carabineros lo detuvo alrededor de las 5 de la madrugada, al frente de la casa donde ocurrieron los hechos. Llegaron tras la denuncia de testigos.
Las víctimas fueron trasladadas al Hospital Clínico de Magallanes. Uno de ellos sufrió la amputación de su nariz y se mantiene internado. De acuerdo al testimonio de una doctora del servicio de urgencia, la lesión es “de carácter gravísimo con secuela de larga data. Va a requerir cirugía reconstructiva”.
Carabineros intentó recabar el testimonio de la víctima, aunque sin éxito. “No me encuentro en condiciones de declarar por el shock traumático de la lesión que mantengo”, les dijo según consta en la carpeta investigativa.
Tres delitos
El imputado quedó a disposición de la justicia durante el mediodía de ayer. El Ministerio Público lo formalizó por lesiones gravísimas y menos graves. También le formuló cargos por daños simples.
La fiscal Wendoline Acuña solicitó la prisión preventiva. Argumentó que la amputación en el rostro de la víctima “puede ocasionar un quebranto psíquico en la persona, un sentimiento de minusvalía, un estado que torna la vida social y las relaciones”.
La defensa esgrimió que el imputado actuó en legítima defensa y que aún habían diligencias pendientes, como recabar el testimonio de la pareja del imputado.
El tribunal dispuso el arresto domiciliario total y la prohibición de acercamiento a los afectados. El juez Cristián Armijo determinó que la prisión preventiva no era proporcional respecto de los hechos.