Los hechos ocurrieron el 14 de agosto de 2020. En horas de la madrugada, una patrulla de Carabineros se detuvo en un pasaje de la Población Archipiélago de Chiloé para controlar a un grupo que bebía alcohol al interior de un Suzuki.
Una vez que descendieron los funcionarios, la conductora del vehículo encendió el motor e hizo una temeraria maniobra de retroceso. La acción provocó que el Suzuki se estrellara contra el parachoques del patrullero policial.
Carabineros logró abrir la puerta del vehículo manejado por la imputada y sacar las llaves de la chapa de contacto. En ese momento se percataron que la conductora tenía signos de estar ebria. Sin embargo, la joven se negó a practicarse el examen respiratorio y la alcoholemia.
Desde el control de su detención la acusada ha cumplido con arraigo nacional y firma mensual en la Primera Comisaría. Cumplió con ambas medidas cautelares hasta ayer, cuando fue enjuiciada en un procedimiento abreviado.
El tribunal la condenó por dos delitos: manejo en estado de ebriedad con resultado de daños y negativa injustificada a practicarse los exámenes respiratorios. Se estableció que se mantenga durante 541 días bajo el monitoreo del Centro de Reinserción Social (CRS) de Gendarmería. Además tendrá que pagar una multa de 5 UTM y su licencia queda suspendida por dos años.