Para muchas familias el asado dieciochero se ha transformado en una tradición de chilenidad, por lo que indudablemente, el consumo de carnes se suele incrementar de forma notoria en este período. Sin embargo, considerando la actual situación inflacionaria del país, ¿qué carne resulta más accesible y cumple con los estándares nutricionales y de calidad que exigen los consumidores?
Chile es uno de los países donde más se come carne. El año pasado el consumo alcanzó a 81,3 kg per cápita, con una variación de un 4% respecto del período anterior. El principal incremento lo registró el cerdo (36% más que 2020), con un consumo de 19 kg por persona al año (14 kg per cápita en 2020), situándose en el tercer lugar entre las proteínas preferidas por las familias chilenas, por precio y calidad nutricional.
De acuerdo con Juan Carlos Domínguez, presidente de la Asociación de Exportadores de carnes blancas, ChileCarne, esta tendencia debería mantenerse durante este año, considerando que la industria de la carne de cerdo ha experimentado un importante posicionamiento en la última década –tanto en nuestro país como en el extranjero, principalmente en Asia– junto con un creciente aumento de la demanda interna.
Estándar de calidad mundial
El año pasado, la carne de cerdo representó el 38% del total de carnes producidas en Chile, con 590 mil toneladas vara. De éstas, un 75% se destinó a exportaciones, siendo China el principal mercado.
“La carne de cerdo para consumo nacional es la misma que se exporta”, explicó Domínguez. La industria porcina chilena nació para exportar hace ya 30 años, y esto implica cumplir con los estándares más altos de sanidad, inocuidad y bioseguridad que exigen mercados como Japón, Corea del Sur y Europa. Cada empresa exportadora de carne de cerdo tiene el control sobre toda su cadena productiva –desde las plantas de alimentos, áreas de producción animal, faena y todos sus procesos involucrados, logística y comercialización de cada uno de los productos–, para finalmente llegar a los clientes y consumidores de Chile y el mundo con un alimento 100% trazable, sano, seguro e inocuo y con un estándar de calidad mundial”, concluyó.
Para continuar distinguiéndose como un país que cumple exitosamente con todas estas exigencias, el bienestar animal, la seguridad y la inocuidad alimentaria son factores claves en la industria nacional de cerdos. Así lo explican desde MSD Salud Animal, compañía que ofrece servicios biofarmacéuticos y de tecnología para apoyar la porcicultura en Chile y el mundo.
“La porcicultura ha tenido una constante evolución, adaptándose a los nuevos desafíos e incluyendo nuevas tecnologías en sus procesos para mejorar el bienestar de los animales y, en consecuencia, la calidad del producto final”, explicó Felipe Ibáñez, director de la Unidad de Porcicultura de MSD Salud Animal Región Sur.
Aporte Nutricional
Juan Carlos Domínguez comentó que en 2019 el gremio realizó un exhaustivo análisis de caracterización nutricional de la carne de cerdo chilena. Los principales resultados mostraron que todos los cortes son una excelente fuente de proteínas; 100 gr cubren en promedio el 37% de la dosis diaria de proteína recomendada; una porción entrega solo 184 Kcal en promedio para todos los cortes; seis de los nueve cortes analizados cumplen con el descriptor “magro” y tienen un bajo aporte de colesterol; y todos los cortes son una excelente fuente de vitamina B.