El Banco de Crédito e Inversiones (BCI) se convirtió en pionero dentro de la industria bancaria nacional en concretar la apertura de una cuenta a una empresa de criptoactivos. El banco concretó recientemente la puesta en marcha un protocolo de apertura de cuenta corriente para compañías de activos financieros virtuales, que busca asegurar la completa trazabilidad de las transacciones y el cumplimiento a cabalidad de la normativa que rige a la banca. El objetivo es acompañar a sus clientes para que puedan operar en este mercado en un marco de seguridad y confianza.
De acuerdo con los detalles de conocimiento público, el protocolo elaborado por BCI consiste en una serie de condiciones objetivas que se enfocan en el cumplimiento de procesos de compliance, trazabilidad de transacciones, prevención de lavado de activos y financiamiento del terrorismo, incluyendo informes de auditoría de una compañía externa con presencia internacional e inscrita en la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), entre otros requisitos. Para este desarrollo, el banco se está guiando por las políticas del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Este organismo intergubernamental establece los estándares para la gestión de riesgos y la prevención del lavado de activos y del financiamiento del terrorismo, así como por las buenas prácticas en las actividades relacionadas con el sector financiero. Un grupo multidisciplinario de Bci liderados por el senior payment specialist del banco, Rodrigo Mella, trabajó en el desarrollo de este protocolo.
Al mismo tiempo, la entidad financiera capacitó a sus equipos e implementó un software avanzado de monitoreo y trazabilidad de criptomonedas para atender a estos clientes, lo que significa una gestión diferente de los riesgos asociados. La empresa de activos virtuales Buda.com se convirtió en la primera del rubro en abrir una cuenta corriente en Bci, al acreditar que cumple las condiciones requeridas por el protocolo del banco.
El paso que concretó Bci se da en el marco del proceso de avenimiento que llegó el banco con las plataformas de criptoactivos que iniciaron una demanda en 2018 contra gran parte de la industria financiera por negarles la apertura de cuentas bancarias o bien se las cerraron. El acuerdo fue visado por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) a finales de agosto. De esta manera, el juicio entre las exchanges de cripto y el resto de la banca continúa.
Cabe recordar que las plataformas acusan que los bancos explotan de manera abusiva y conjunta su posición de dominio. Esto, pues las entidades financieras habrían ejecutado una práctica exclusoria al generar barreras artificiales según las exchanges. De este modo, los bancos estarían incurriendo en actos de discriminación arbitraria al impedir el desarrollo de su actividad comercial y establecer una negativa de venta.
Una buena noticia para las alternativas de inversión y ahorro, y además un mecanismo para reducir el poder de la banca chilena, la que tiene influencia en casi todas las decisiones macroeconómicas del país, y peor aún, absoluta influencia y control de nuestros(as) parlamentarios(as).