¿Qué es Catar?, me preguntaron. Y… respondí, “probar algo para darnos cuenta de su sabor”. ¡Hum! No era esa la respuesta que esperaban. En todo caso, contesté así, adrede, pues sí sabía cuál era el sentido de la pregunta.
Sé que está de moda ya desde varios años el nombre del país sede del campeonato mundial de fútbol, y más por estos días, aunque nuestro país no participe como uno de los 32 que competirán por el logro de la copa.
De todos modos, a unos estudiantes de gramática de la lengua española les decía que de la muy nuestra palabra catar tenemos unas cuantas que derivan de ella, que basta buscarlas en el computador y así daríamos con algunas, aquí van: acatar, desacatar, percatar, recatar y rescatar. Verbos todos, unos más conocidos que otros, impresión que creo puede ocurrirles a ustedes, también.
Catar, claro que nos agradaría a muchos, probar, gustar, saborear, beber algo, con el propósito de saber a qué sabe, si es de nuestro gusto o no, si vale la pena recomendar lo que hemos degustado. Catar, en pocas palabras, es probar algo, y cerciorarnos de su gusto.
Tanto que saborear, y quizás relamerse, deleitarse. Sin embargo, es preciso dar un paso más allá de catar, quizás llegar a acatar.
Acatar. ¿Qué es? Quizás lo más sencillo es decir que tiene un significado equivalente a aceptar. Y de ahí un paso a ceder, consentir o someterse. De manera precisa, en el DLE, se señala que acatar es: “Aceptar con sumisión una autoridad o unas normas legales, una orden, etc.”. Y es que se nos informa que acatar etimológicamente deviene de otra acepción de catar, ¿cuál? De mirar. U, observar respeto, mirar con atención, notar. Claro, es parcialmente diferente de probar, gustar, saborear.
Aun así, ¿comienzan a advertir cierto entrecruzamiento de significados? De catar a acatar.
Mencionamos otras palabras derivadas de catar, ¿no es cierto? Tomemos otra, desacatar. ¿Qué es? Expresión o acción antónima para acatar, es decir, no respetar una norma, una disposición, una ley, sin más, infringirlas, incumplirlas.
Luego, “Advertir, notar o percibir algo” es percatar; y, “Darse cuenta clara de algo, tomar conciencia de ello”, es percatarse. ¡Vamos bien!, pues si catar es, en cierto modo, mirar, percatar es un grado más de mirar, es distinguir, ver, percibir, notar. Y percatarse es advertir, apreciar, captar, descubrir, fijarse, entre otros. Noten que el prefijo per- añade a cualquier verbo el sentido de “a través (de)”, entonces, es realizar determinada acción con minuciosidad, esmero, celo, intensidad.
¿Y recatar? De dos acepciones, nos quedamos con una, la que nos atinge aquí. Es “Catar por segunda vez”. El efecto en el significado lo da el prefijo re-, cuyo sentido, esta vez, es de “repetición, intensificación”, que, añadido a catar, lo explica todo.
Y, finalmente, rescatar. En el Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española, de Joan Corominas, se señala que la palabra catar asoma, se registra en la lengua española hacia el año 950, proveniente del latín captare, con el significado de coger; así, entonces, rescatar tiene el sentido de recoger, recobrar, recuperar, liberar, libertar, salvar.
¡Vaya, vaya! De catar a rescatar hay un mundo de significados posibles.
De las expresiones verbales comentadas, ¿cuál les resulta más familiar, catar, acatar, desacatar, percatar, recatar o rescatar? Creo saberlo, en estos días.
Nota bene: ¿Se escribe “Qatar” o “Catar”? Lo adecuado en español es escribir Catar.