Después del enorme impacto que tuvo la pandemia -que aún no termina- en nuestras vidas, es fácil entender el alza que están tendiendo los viajes más relacionados con el disfrute que con el trabajo.
Si bien el 2022 cerró con un total de 2.030.000 turistas totales y 1.160.670 llegadas al aeropuerto internacional, lo que representa una caída de 50% respecto al 2018 debido a las restricciones sanitarias excesivas que aún estaban vigentes hasta septiembre del 2022, creemos que el 2023 trae cifras optimistas y que los viajeros estarán dispuestos a pagar tickets aéreos más altos.
Según una reciente encuesta que realizó American Express Travel en Estados Unidos, el 75% de los viajeros reconoce que las redes sociales los han inspirado para escoger algún destino específico y, de hecho, los viajes impulsados por la comida están ganando popularidad entre los más jóvenes (el 81% de los encuestados asegura que probar comidas locales es la parte de la experiencia que más esperan). El mismo estudio arroja que el 52% declara que saldrán más en 2023 que el año pasado y el 50% planea gastar más dinero. ¿Qué está pasando que hay más voluntad para gastar en disfrute?
Otra tendencia importante de revisar es el impacto del cine y la televisión en las decisiones de viaje. La misma encuesta arroja que las películas y los programas de TV están inspirando a las personas a viajar a lugares que ven en pantalla. El 64% coincide en que se ha sentido inspirado a viajar a un destino después de verlo en la televisión, las noticias o una película, y el porcentaje se eleva al 70% en el caso de la Generación Z y los Millenial. Es cosa de ver White Lotus en HBO MAX y las ganas que dan de viajar a Sicilia, por ejemplo.
“Vacaciones reparadoras” y “turismo de revancha” parecen ser las principales tendencias. Interesante revisar que la gran mayoría de los encuestados (75%) quiere reducir el tiempo frente a la pantalla mientras viaja para mejorar su salud mental y rodearse de naturaleza.
Fenómenos muy parecidos son los que se revisaron en el reciente Foro de Hotelería y Turismo Sahic realizado en Cartagena de Indias, donde se analizaron las principales tendencias y, coincidentemente, se observa que los resorts y hoteles de ocio han tenido un mejor desempeño que los hoteles corporativos. Asimismo, los destinos de vacaciones han recuperado más rápido sus tarifas luego de la crisis que los destinos de ciudades.¿Está el sector turismo en Chile preparado para capitalizar estas tendencias?
En términos de infraestructura, el nuevo Aeropuerto Arturo Merino Benítez es tres veces más grande en comparación con el que existía en 2019, agregando 49 puertas de embarque, lo que permite recibir 30 millones de pasajeros aproximadamente, pero el déficit está en la capacidad hotelera en los destinos turísticos.
¿Y en qué situación está Punta Arenas para capturar estas oportunidades?
Este territorio cercano a la punta más austral de la Patagonia chilena, ofrece diversas atracciones, muy apetecidas por turistas de todo el mundo. Además, el desarrollo del hidrógeno verde será un acelerador de la economía, tal como ha sido el litio para Atacama en la última década. Sus parques nacionales, alternativas de trekking y aventura, gastronomía, su valor histórico y por supuesto las Torres del Paine, constituyen una enorme oportunidad y muchos desafíos, pues Punta Arenas tiene todo para ofrecer y es un destino asombroso. Además, hoy se une un nuevo parque en Cabo Froward, en proceso de donación por la Fundación Rewilding. Por otro lado, la región está ganando en conectividad hacia la Antártica en comparación con Ushuaia. Con todo este escenario, es de esperar que la industria de la región, que tanto impacto sufrió con la pandemia, pueda sacar provecho de estas oportunidades, posicionar su oferta y, con ello, volver a crecer. Tal como lo muestra el documental de Obama en Netflix, “Nuestros grandiosos parques nacionales”, que centra la atención en algunos de los parques nacionales más espectaculares del planeta, Chile ofrece paisajes que son un imperdible para los amantes de la naturaleza. ¿Estamos listos para recibirlos? ¿Está el sector público preparado para facilitar la inversión privada? ¿Hay nuevos proyectos de oferta turística en proceso? Son sólo algunas de las preguntas que la industria del turismo local debe responder.