Para este caso específico, Iván Mansilla, el director regional (s) de la Superintendencia de Electricidad y Combustible Magallanes, señaló que “ese edificio no tenía la inspección periódica, no tenía el sello verde. Nosotros les habíamos comunicado la situación, pero no recibimos nunca una respuesta de parte de ellos, de la comunidad”.
Mansilla explicó a su vez que la falta de administración legal, bajo ley de copropiedad, genera problemas. “La problemática que muchas veces se produce con estos edificios, es que no tienen una administración legal, de acuerdo con la ley de copropiedad. Uno no tiene a quién dirigirse para hacer ver la situación. Lo único que nos queda es comunicar pegando en los accesos la situación que se podría producir de riesgo, al no sacar el sello verde”.
Por otro lado, para lograr la certificación del edificio no necesariamente todos los departamentos tienen que estar con sello verde, ya que pueden ocurrir situaciones en donde algún departamento haya quedado vacío, o sin utilizar por un tiempo prolongado. Para estos últimos casos se pega un sello rojo, que indican instalaciones potencialmente peligrosas y que ponen en riesgo la seguridad de las personas y bienes.
La reglamentación establece porcentajes de departamentos que pueden estar con sello verde y así el edificio certificar con un sello verde general. “Lo primero es que la gente se organice, lo ideal es que se revisen las instalaciones por parte de un instalador autorizado y solo ahí contactarse con las empresas certificadoras de sello verde”.
Además, la autoridad explicó que “es necesario contar con el Sello Verde OK, el cual certifica, por un período de dos años, que las instalaciones son seguras y no presentan riesgos para las familias ni los bienes. En caso de necesitar algún cambio o reparación en estas redes, los trabajos deben ser efectuados por instaladores autorizados por la SEC”.