Aitor Etxaburu, es el actual técnico de la selección chilena de balonmano donde asumió a mediados del año pasado y que hoy tiene el desafío de preparar y dirigir a La Roja de cara a los próximos Juegos Panamericanos Santiago 2023.
El exjugador de la selección española, y que hoy retorna a la capital, tiene en su haber una trayectoria que le permitió ganar los torneos mas importantes de Europa, incluso con participación de dos juegos olímpicos, uno en casa Barcelona 1992 y los de Atlanta 1996.
Poseedor de una tremenda sencillez y buena disposicion para el diálogo, estuvo invitado al programa Pasión Deportiva, donde habló de sus experiencias como jugador y técnico y que hoy tendrá que poner al servicio de La Roja de cara a los Juegos Santiago 2023.
-¿cómo han sido estos días en Punta Arenas?
“Estoy muy contento y agradecido de estar en tierra que me ha recibido muy bien. Encantado de poder promocionar nuestro deporte en esta región de Magallanes que ha sido histórica con el balonmano y sobre todo estamos muy focalizados como selección en nuestro objetivo, que es un objetivo muy importante de cara a los Juegos Santiago 2023, por supuesto que los agradecimientos son para toda la gente de la Región de Magallanes, para la Fundación de Deporte, de la Municipalidad de Punta Arenas y el gobierno que ha sido parte importante que hayamos podido llegar nosotros acá”.
- Su historia como jugador es tremenda, en Europa lo ganó todo, incluida su participación de dos juegos olímpicos
“Bueno sí, ocurrió hace tanto y hoy estoy focalizado en otras cosas, pero si para resumir solamente le puedo decir que al igual que Emil (Feutchmann), que con 17 años dejó Santiago para irse a Europa a hacer su carrera, yo con 17 años también dejé mi ciudad natal, una ciudad muy chica, de mi pueblo, provincia y a partir de ahí tuve la fortuna de estar unos 18 o 20 años como jugador profesional y otros 22 como entrenador profesional”.
“Es una vida dedicada a esto y bueno de momento con muchísimas ganas de seguir. Sí, es verdad que he tenido la suerte de poder estar en muy buenos clubes, de estar con muy buenos jugadores y también he tenido el privilegio de poder competir en grandes competencias y lograr algún y otro título”.
-1992 fue histórico para el deporte de España como organizadores de los Juegos Olímpicos de Barcelona y eso usted lo vivió como jugador seleccionado de balonmano, ¿qué me puede contar de todo aquello?
“Así es, viví las Olimpiadas de Barcelona y las Olimpiadas de Atlanta también. Es verdad que las Olimpiadas de Barcelona fue un punto de inflexión, y me gustaría que ese mismo suceso, ese mismo impacto que tuvo un megaevento en la ciudad de Barcelona y en todo el país de España, pasara con Santiago 2023. Sí, porque realmente fue un despegue a nivel de logros deportivos individuales y colectivos donde nunca se había conseguido tanto, esa olimpiada nos lanzó un poquito, cambió la ciudad de arriba a abajo, de hecho la modernizó”.
-Aún se piensa en Chile, que apostar al deporte es un gasto más que una inversión. España, a partir de ese suceso vivido en el deporte, fue otra.
“Podemos hablar de miles de aspectos que siempre es una inversión. Siempre es una ganancia. Podemos hablar de infraestructura, podemos hablar del rendimiento, podemos hablar de la educación, podemos hablar de la salud, solamente con cierta actividad de hábitos saludables nos ahorraríamos muchísima plata en gastos sanitarios y lograr buenos hábitos que todo esto se consigue también con estas actividades de nuestra promoción, nuestra participación, no solamente es el rendimiento, no solamente es la élite, también es importante una buena imagen que podemos trasladar, esos valores esas sensaciones a los muchachos, a las niñas, a los jóvenes”.
-¿Qué lo motivó y cómo llegó a venir a hacerse cargo de la selección chilena de balonmano?
“Es algo que me hubiese arrepentido toda la vida si no lo hubiese aceptado. Yo ya estaba en una situación prácticamente con mis hijos terminando sus carreras universitarias, mi mujer con trabajo fijo, yo también con trabajo fijo, prácticamente después de 40 o 42 años, dejar el balonmano para parar por un tiempo y cuando justo se da esta oportunidad me dije ‘no me perdonaré nunca no vivir una experiencia así’, he trabajado en España, he trabajado en Francia, he trabajado con niños, jóvenes, adultos, senior, damas, pero la oportunidad de conocer un país... Por supuesto que conocía el balonmano chileno, a los hermanos Feutchmann, pero prácticamente lo único que conocía era la imagen de la selección internacional, pero nunca me hubiese perdonado no conocer la ciudad, no conocer el país, no intentar desarrollar el balonmano en Chile y bueno todavía estamos acá. Como técnico nunca sabes cómo vas a caer si de un lado u otro (ríe), así es la vida del entrenador, pero sí muchos jugadores de la selección los conozco por su trayectoria en Europa y principalmente en España”.
-¿Cómo ve el nivel actual del balonmano en Chile y cómo nos proyectamos a futuro?
“Habría que contextualizar esta respuesta. Sí que es verdad que el balonmano no solamente en Chile sino que en prácticamente en todo el mundo está por desarrollar. Podremos decir que es una modalidad deportiva muy europea. Si nos venimos al último campeonato de los diez primeros clasificados, ha habido un equipo que no es europeo, que es Egipto, a veces entra Brasil, entonces todavía estamos lejos de la actividad. Pero dicho esto siempre internacionalmente se ha respetado mucho a Chile, porque se entiende que es un país que está desarrollándose, poco a poco está subiendo escalones, los últimos 4 o 5 años han sido increíbles, gracias al trabajo que se ha hecho anteriormente desde hace muchos años”.
-¿El trabajo que se está desarrollando con miras a Santiago 2023?
“Para nosotros haber estado en Punta Arenas y con un desafío frente a Argentina, fue parte de nuestra segunda semana de concentración. Nosotros hemos tenido un hito muy importante que ha sido el reciente mundial de enero en Polonia y desde esa fecha hasta los Juegos Santiago 2023, éste es el único momento en el cual nos vamos a poder juntar otra vez con todo el equipo de la selección adulta. Para eso hemos desarrollado una gira de dos semanas, hemos estado en Santiago, la segunda fue en Punta Arenas, pero paralelo a ello también se desarrollaron otras actividades, como clínicas y entrenamientos abiertos al público”.
-Más allá de los resultados obtenidos, ¿qué les dejó Punta Arenas de cara a Santiago 2023?
“Mas allá de los resultados, fue que la gente de Punta Arenas haya disfrutado del espectáculo del balonmano. Haber tenido en casa a la selección chilena y argentina y que se hayan brindado al público en dos emocionantes partidos. Lo segundo es sacar balance de lo realizado, lo que nos falta por mejorar para llegar de la mejor manera a lo que todos esperamos que es Santiago 2023”.