En enero del año 1981 se instalaba en la ciudad de Punta Arenas con bombos y platillos, la Corporación Municipal, y como era de esperar, los funcionarios del sistema educacional de la época, unos, se mostraban conformes y otros muy molestos, esto era producto del traspaso de la educación pública a los municipios. El objetivo fundamental de esta acción, por un lado, era descentralizar el poder del Ministerio del ramo y dejar la conducción de los recursos humanos, financieros, infraestructura, y administrativos de las escuelas y liceos en manos de los DAEM y de las Corporaciones Municipales, instituciones que pasaban a depender directamente de los Alcaldes de las respectivas comunas de chile, estos a su vez, tenían la facultad y el poder de seleccionar a los Directores y Secretarios Generales de dichas reparticiones, y por otro, mejorar la calidad de la educación pública. Habiendo transcurridos casi 43 años del traspaso, en el caso de Punta Arenas, 10 Alcaldes tuvieron la responsabilidad de asumir el rol de Sostenedores, a ello hay que sumar los 16 Secretarios Generales que administraron dicho sistema, que en sus inicios constó con casi 22000, y aproximadamente 1100 funcionarios de los cuales 21 correspondían a la repartición central. El traspaso de los colegios del sistema público a municipal, el año 1981, si bien tuvo aciertos, también no estuvo exento de dificultades, entre estas, el no pago de los sueldos a los profesores con el respectivo reajuste que por ley correspondía cancelar dicho año, hecho que se conoce hoy en día como la deuda histórica. En el transcurrir de los casi 08 primeros años de funcionamiento de esta repartición, 1981-1989, hay que destacar que no hubo aumento importante en las dotaciones de los colegios, se mantuvo la matricula del alumnado, y también la asistencia, sin embargo, los resultados académicos de los alumnos no fueron los que se esperaban, es decir, los aprendizajes no fueron significativos, y lo más grave es que hubo problemas espurios en las finanzas, es decir, no se manejaron con transparencia los dineros aportados por el Mineduc en el pago de sueldos de los funcionarios y en las compras y adquisiciones de productos, esto por descuido y falta de fiscalización de los organismos del estado. Desde el año 1990 en adelante, hasta el día de hoy, dicha repartición siguió presentando serias falencias en su administración, destacándose las decisiones incorrectas en las distintas áreas de gestión, que con el transcurrir de los años, se agravaron, trayendo consigo una serie de hechos que fueron de conocimiento público, por nombrar; se utilizó como trampolín para darle trabajo a operadores políticos, la administración central aumentó su dotación en más de cuatro veces, se contrataron funcionarios apitutados con sueldos estratosféricos, se realizaron contratos de trabajo a todo evento, incluso, tenían cláusulas de finiquitos millonarios, se perdieron juicios con desembolsos inimaginables, todo esto ocurrió en la administración central, trayendo como consecuencia un déficit económico sin precedentes en la historia de la educación de la Región de Magallanes, déficits que aumentó gradualmente con el tiempo, para llegar a una debacle económica que al día de hoy todos conocemos. Al mal manejo de la unidad central hay que indicar que, en este periodo de casi 43 años, la mayoría de los establecimientos educacionales disminuyeron sus matriculas, aumentaron considerablemente la inasistencia a clases del alumnado y por ende la deserción escolar, y en lo académico, aumentó la repitencia y los resultados fueron paupérrimos, tanto en el SIMCE, como en la actual la PAT, esto demuestra que no hubo ninguna mejoría en la calidad de la educación durante todo este oscuro periodo de la educación pública. Para terminar de contar esta triste historia de la Corporación Municipal de Punta Arenas, para la educación, salud y atención al menor, debo señalar que durante toda su existencia esta institución estuvo rodeada de gastos truchos, sin trasparencia, enredos, faltas a la probidad, juicios por doquier, deudas previsionales, sueldos impagos, contratos espurios y finiquitos millonarios. En razón de lo anterior cualquier ciudadano puede realizar más de una pregunta del millón:¿ que pasa con los responsables de este desastre? , ¿ y quién paga los daños irreparables a nuestros niños y jóvenes?, ¿Quién responde por los perjuicios causados a las familias más vulnerables y a las de clase media?, esto que ha ocurrido en la educación pública no solo en Punta Arenas, sino que en todo Chile, es peor que la corrupción detectada en el caso fundaciones , pero acá se encontró un medio para dejar tranquilos a los que suelen decir la verdad, y para que los ingenuos se queden tranquilos, traspasar la educacional municipal a los SLEP y que las escuelas y liceos vuelvan al sistema público.