Las lenguas que nacieron con nuestro país se van extinguiendo. Y desde el 16 de febrero de 2022, con la muerte a los 93 años de Cristina Calderón se fue consigo la única persona nativa en el mundo que era capaz de hablar en yámana (o yagán), la lengua originaria de los habitantes más australes del planeta. Y muy pocos la recordaron en este primer aniversario. Cristina, considerada Tesoro Vivo de la Humanidad por la Unesco, siempre luchó por mantener vivas las costumbres de su pueblo y su lengua nativa, destinada a desaparecer, como casi el 25% de los 6.909 idiomas conocidos del planeta, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Según la base de datos Ethnologue, 11 lenguas se han identificado en Chile, incluyendo el español como idioma nacional. Pero entre los nativos, la mayoría está bajo algún grado de amenaza. En nuestra Región de Magallanes y Antártica Chilena, el huilliche está “moribundo”, la lengua kawésqar y yámana están casi extintas, con alrededor de una decena de hablantes la primera y hasta hace dos año solo con Cristina en el caso de la yagán. Recordamos cuando fue reconocida por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, en el marco del programa Tesoros Humanos Vivos (THV). Su compostura serena no varió. La distinción posee connotación mundial por cuanto se enmarca en la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, adoptada por Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en el 2003 y ratificada por 104 estados, entre ellos Chile. Pero ella, la abuela Cristina, manifestó en esa ocasión: “Bueno, estoy feliz. Pero esto no me lo esperaba. Nunca pensé que ocurriría algo así. Estoy muy contenta. Ya me habían contado en parte, pero no tenía más novedades”, manifestó con esa humildad que la caracterizó por siempre.