Para muchos el territorio Antártico es un punto de encuentro con otras naciones, pero pocas veces conocemos la historia de esfuerzo y sacrificio que se han desarrollado en aquel inhóspito territorio.
Es de esta manera que Ecuador, desde la mitad del mundo, también ha sido protagonista en este proceso, teniendo una presencia que se ha ganado su espacio con otras naciones en el continente blanco, en donde el rol de Magallanes como puerta de entrada a la Antártica se ha ratificado a lo largo del tiempo.
Mediados del siglo XX y sus primeras preocupaciones
Uno de los ecuatorianos más preocupados e interesados por el continente Antártico, precisamente desde 1956, es el teniente coronel Marco A. Bustamante Yépez, quien sostuvo por muchos años los derechos de nuestro país sobre un triángulo antártico de 323.000 kilómetros cuadrados de superficie, sustentando su tesis en los conceptos geográficos de “Defrontacio?n” y “Sectores Polares”.
Tal es así que el 9 de agosto de 1956, el coronel Bustamante hizo una declaración en el periódico “Diario Da Noite”, de Río de Janeiro, sobre los derechos del Ecuador en la Antártida, que se comentó en toda América, enviando enseguida un mapa y un informe a la Cancillería; y en 1957, dicto? una conferencia en el Salón de la Ciudad (Quito) auspiciada por la Facultad Proyección del Ecuador a la Antártida según concepto geográfico de defrontacio?n de Derecho y el Instituto de Derecho Internacional, sobre el mismo tema.
Proyección político-estratégica
El 27 de febrero de 1967, la Asamblea Nacional Constituyente efectúa la primera y única declaración oficial de los derechos ecuatorianos en la Antártida, en base a la exposición de motivos del legislador don Vicente Levi? Castillo, quien a su vez se basó? en el estudio realizado por el coronel Marco Bustamante. El honorable Levi? había demostrado decisión y patriotismo al proponer en el Congreso, a la nación entera, los derechos del Ecuador en la Antártida en base a la proyección de nuestro territorio, tal es que el Dr. Otto Arosemena Gómez, presidente interino de la República procedió a condecorarlo.
Dicha declaración es publicada en el Registro Oficial número 78 del 6 de mayo de 1967. Posteriormente estos límites establecidos son rectificados y en 1986 el teniente de navío Homero Arellano manifiesta, en su trabajo de “Aspectos Políticos Jurídicos de la Antártica”, que: “Sin querer restarle el valor histórico y sin pretender analizar exactitudes geográficas, es necesario acotar, en cuanto a los límites establecidos, que el límite del meridiano 95 ó 30’ no corresponde al punto extremo occidental que demarca el área de las 200 millas del mar territorial ecuatoriano que daría lugar al límite occidental del territorio antártico; lo correcto es 95o 07’30’’ de longitud Oeste. El meridiano 84 30’ citado como límite oriental esta? fuera de las 200 millas y se ubica en una zona de alta mar internacional; el límite correcto es 85 05’30’’ de longitud Oeste”.
Controversia con Chile: puntos de encuentro y colaboración
Como consecuencia de la declaración de 1967 se produjo la reacción de la Cancillería chilena, en el sentido de que la misma afectaba los intereses antárticos de esa nación. Aquello provoco? un cierto decaimiento en el interés ecuatoriano sobre el continente blanco. Pero llegaría el año 1982 y la Cámara Nacional de Representantes, por intermedio de la Comisión Especial de Asuntos Internacionales, recomienda la pronta adhesión por parte del Ecuador al Tratado, emitiendo una Resolución con fecha 28 de enero de dicho año.
A partir de aquella fecha se presentaron diferentes opiniones y exposiciones de motivos tendientes a obtener la aprobación para la adhesión del Ecuador al Tratado Antártico, las que se tramitaron en el Congreso Nacional, entre ellas las del señor Presidente de la República, del señor Procurador del Estado, del señor Comandante General de Marina, señor Ministro de Relaciones Exteriores y otras.
Primeras expediciones Antárticas y el rol de Chile
Desde comienzo del año 1983, las autoridades ecuatorianas en Chile iniciaron conversaciones a nivel diplomático, a fin de que delegados nuestros participen en los cruceros anuales preparados por el Instituto Antártico Chileno.
Dichas gestiones fueron positivas y por ello la Comandancia General de Marina designo? a los tenientes de navío José Olmedo Morán y Homero Arellano Lascano, para que integren la dotación que participara? en la vigésima expedición chilena a la Antártica. Dicha comisión luego de un periodo de preparación efectuado del 01 al 29 de octubre de 1983 en Santiago de Chile, que incluyo? un programa de entrenamiento para dotaciones antárticas, partieron a dicho continente integrando la dotación de la XX expedición chilena en calidad de observadores, con el encargo de analizar todo tipo de trabajo y equipos de investigación, instalaciones en tierra, vida en las bases anta?rticas, construcciones y mantenimiento de las mismas.
Efectivamente el 6 de enero de 1984 arribaron por vía aérea a Santiago y el 17 del mismo mes y año a la Base Aérea “Teniente March” de la isla Rey Jorge. Luego se embarcaron en la M/N “Capita?n Alca?zar” en la que efectuaron una navegación por el estrecho Bransfield y arribaron a Bahía Fildes. Es de indicar que dichos oficiales ecuatorianos izaron el emblema patrio en esas tierras y que una fotografía en la que aparece el teniente Arellano con nuestro Pabellón fue ampliamente difundida por todos los medios de comunicación del país, pues eran los primeros ecuatorianos que pisaban aquellos hielos eternos.
Como resultado de dicha primera experiencia los dos oficiales presentaron sus conclusiones y recomendaciones, en las que sugerían la realización de una expedición antártica con el BAE “Orio?n”, la impostergable adhesión del Ecuador al Tratado Antártico, la instalación de un refugio y luego de una base antártica entre otras, las cuales se han cumplido.