Completar la escolaridad pese a estar recluidos, es el objetivo de 66 estudiantes del Colegio Andino -dependiente al Servicio Local de Educación Pública-, el cual funciona al interior del Complejo Penitenciario de Punta Arenas.
Son 14 educadores, en su mayoría mujeres, quienes imparten clases de Matemática, Lenguaje, Historia, Ciencias Naturales, Música y Artes, entre otras asignaturas. Al igual que en otros recintos educativos, las clases se distribuyen en bloques de mañana y tarde, con evaluaciones periódicas y contenidos mínimos obligatorios definidos por el Ministerio de Educación.
Los estudiantes también participan en actividades educativas orientadas a la convivencia escolar.
Uno de sus alumnos, señaló que “me matriculé porque me gusta estudiar, yo soy de Paraguay y antes de irme quisiera terminar mis estudios, aunque sea aquí”.
Además, también participan en actividades educativas orientadas a la convivencia escolar, que son impartidas por el docente Patricio Contreras, quien tiene 17 años de experiencia en este establecimiento. “Tratamos de reflexionar en torno a cómo incorporan en sus vidas este concepto, incorporamos palabras nuevas como parte del desarrollo de habilidades de la lecto escritura y socializamos con un trabajo grupal para llegar a acuerdos en ideas comunes”, destacó el docente. Asimismo, enfatizó que en este lugar están las ganas por aprender.
Por su parte la profesora de inglés, Ximena Montenegro, quien ya completó 12 años impartiendo clases, destacó que su experiencia ha sido bien gratificante
La normativa indica que sólo pueden acceder a esta matrícula aquellos internos condenados por algún tribunal del país, aunque es posible la inclusión de personas privadas de libertad en otras condiciones, pero que deben contar con la autorización de un juez.
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