Dada la reciente noticia de presuntos hallazgos de petróleo en la Antártica por parte investigadores rusos, Pingüino Multimedia contactó al excanciller académico de la Universidad Autónoma de Chile, Jorge Guzmán, con la intención de profundizar en torno a lo que en materia de Estado y política exterior significaría para Chile el supuesto hallazgo.
Desde su perspectiva y experiencia, el actual académico de la Universidad Autónoma de Chile señaló que “la información llegada desde el Parlamento británico respecto de que Rusia habría culminado prospecciones petroleras en el Mar de Weddell, tienen varias implicancias”, en primera instancia analizando, según Guzmán, la ubicación precisa de dichas prospecciones.
“Correspondería verificar en qué áreas del Mar de Weddell, exactamente, habrían tenido lugar las prospecciones rusas. Si éstas, de manera directa o indirecta, incluyen los espacios submarinos al occidente longitud 53º, entonces se trata de territorio de Chile y de Magallanes. Como sea, el interés ruso en las reservas de hidrocarburos al sur de la latitud 60º sur, región en la que se aplica la normativa del Tratado Antártico, deben preocupar”. Añadió que dichas alertas se deberían a una posible actitud expansionista de los rusos, basada en la desatención de la diplomacia de ese país respecto de los diversos tratados y protocolos ambientales siendo que, “desde el año 2000, cuando Rusia hizo su reclamo de plataforma continental en el Ártico, quedó establecido que ese país utilizará su propia interpretación del derecho del mar para imponer su interés nacional”
La perspectiva local
Respecto
de lo que podría representar una preocupación o incluso una amenaza en
cuanto a posibles intereses rusos y de otras naciones en torno a este
territorio y los potenciales recursos allí encontrados, Guzmán fue
enfático al señalar que “parecería que, otra vez, a Chile esta
circunstancia lo encuentra desprevenido. Hay que recordar que por más de
una década, la Cancillería chilena desoyó los reclamos de Magallanes
respecto de la importancia de precisar, conforme con el Derecho
Internacional del Mar, los límites de nuestra plataforma continental en
el Mar Austral y la Antártica, incluido el sector del Mar de Weddell,
que ahora parecería le interesa a Rusia”.
Toda esta situación requiere de acciones más contundentes por parte del cuerpo diplomático chileno, enfatiza el catedrático, aduciendo que “los supuestos hallazgos en el Mar de Weddell se ubicarían en un sector en el que Chile aun no precisó sus límites submarinos, mientras que Argentina sí lo hizo en 2009”.
Cabe destacar que en 2022 Chile hizo un primer ejercicio de plataforma continental en la Antártica (Mar de Bellinghausen), que también reclama Argentina, habida cuenta de su importancia para la proyección desde y hacia el Polo Sur, Argentina invocó el sistema de solución de diferencias del Tratado de Paz y Amistad de 1984.
En tal sentido Guzmán sostiene que “el escenario antártico que se abre con las prospecciones rusas de hidrocarburos en la Antártica muy probablemente adquirirá un significado en la relación bilateral con nuestros vecinos”.
Finalmente el excanciller plantea un análisis geopolítico a tener en cuenta a raíz de estos supuestos descubrimientos, diciendo que: “A diferencia de Argentina, el Reino Unido no ha reclamado plataforma continental en la Antártica. Lo que preocupa a los británicos es el uso geopolítico que, sobre todo después de la invasión de Ucrania, parecería que Rusia quiere hacer de la cooperación antártica. Mi impresión es que Chile no ha logrado hacer el distingo entre la preocupación más bien legalista e idealista británica, y las ambiciones geopolíticas de países como Rusia y Argentina. Respecto de este último, parecería que Chile no sabe cómo salir de la camisa de fuerza que supone su apoyo irrestrictos a “la causa de Malvinas”, que Argentina instrumentaliza para justificar su reclamo antártico”.