“Les comparto mas fotos de lo que fue una de las experiencias más hermosas de mi vida: navegar por la reserva nacional Kawésqar (región de Magallanes) donde hay fiordos rodeados de islas cubiertas por bosque nativo y algas gigantes en la costa. Nos subimos a unos kayaks para remar hasta uno de sus imponentes glaciares ¡Wow! Es un lugar único, salvaje, lleno de vida que me enamoró”.
Así describía la actriz Leonor Varela, su experiencia al visitar la reserva, el año pasado. Pero en un siguiente posteo, agregó: “Al regresar, quedé en shock cuando nos topamos con varias salmoneras enormes en medio de ese paisaje. ¿Cómo en un lugar tan hermoso y puro se permite una industria tan contaminante? Ahí me di cuenta que esta reserva no protege la naturaleza. Por eso debe ser declarada Parque Nacional, como lo pidieron las comunidades Kawésqar al gobierno”, indicó, instando así al Presidente Boric a erradicar la actividad acuícola de este espacio.
Al día siguiente, el economista Manuel José Correa, le contestó: “En la reserva, trabajan miles de personas de la industria acuícola regional. ¿Acaso ella les va a dar empleo?”
Tiempo después, el geólogo y presidente de la CPC Magallanes, Salvador Harambour, comentaba: “Debemos ser libres de poder ocupar y aprovechar nuestro territorio, protegerlo, sí, pero usarlo. Si no, ¿de qué nos sirve a nosotros, los magallánicos, tener miles de hectáreas protegidas, solo para que un gringo venga a pasear en su yate?”
En los últimos años, la reserva nacional Kawésqar ha estado en el ojo de un huracán de alcances internacionales, debido a su importante significado como reserva ecológica, y su fuerte participación en la economía regional, como territorio de una importante actividad acuícola.
La evidente contradicción entre ambos conceptos se ha tensado a tal punto que esta semana reventó con imágenes insólitas en Punta Arenas, con decenas de personas, entre ellos, la dirigenta kawésqar María Uribe, pescadores y transportistas, irrumpiendo en las oficinas de la delegación presidencial de Magallanes, exigiendo respuestas y con una presentación ante la Contraloría General de la República, por parte de la propia comunidad kawésqar que Varela llamaba a escuchar, pero que ahora exige esclarecer el verdadero alcance de los planes de manejo que el Ejecutivo elabora para la reserva.
María Uribe, de la Comunidad Kawésqar K’skial de Puerto Natales, aseguró que “hemos encontrado que hay muchas irregularidades con el plan de manejo”. Esas irregularidades la vio, dijo, en “que hay muchas cosas escondidas y que no hay claridad respecto a la información que se nos está pasando”.
En la reunión con el delegado regional presidencial, José Ruiz, los dirigentes locales aseguraron que no habían sido escuchados por las autoridades en la elaboración de los planes de manejo de estas tres áreas protegidas.
VASTO TERRITORIO
La reserva y el parque nacional Kawésqar se extienden desde el límite entre las regiones de Magallanes y Aysén, por el norte y el estrecho de Magallanes, al sur.
Nacieron el 30 de enero de 2019, al disolverse la antigua reserva nacional Alacalufes. Su territorio terrestre fue elevado a la categoría de parque nacional y llamado Parque Nacional Kawésqar.
El territorio marítimo siguió con la condición de reserva. Gracias a ello, hoy operan en su interior 67 concesiones acuícolas y otras 76 están en trámite.
Su territorio asciende a dos millones 628 mil hectáreas.
PRESIÓN ONG
Con todo, la presión internacional en contra de la presencia de las salmoneras en esta área protegida va en aumento.
Hace dos años, un documento llamado “Informe de las Expediciones de National Geographic Pristine Seas y Comunidades Kawésqar y Yagán”, es tajante en este sentido: “Las salmoneras que operan dentro de la reserva ya han ocasionado impactos graves en el medioambiente y alterado diversas manifestaciones sociales, culturales, fuentes de alimento y rutas tradicionales de navegación propias de pueblos preexistentes. La operación de nuevos centros de cultivo causará alteraciones graves que pueden ser irreversibles para el patrimonio natural y cultural presente en Patagonia”.
A continuación de este duro diagnóstico, el informe recomienda:
1.- Las medidas de conservación que se adopten, deben respetar la unidad del territorio ancestral que no reconoce divisiones entre el mar y la tierra.
2.- Generar una propuesta de conservación para la reserva nacional Kawésqar respetando los principios de autonomía y autodeterminación de los pueblos originarios que habitan esta zona. Dicha propuesta aumentará la categoría de protección del ecosistema y prohibirá todas las actividades de alto impacto ambiental.
3.- Prohibir la instalación de nuevos centros de cultivo de salmónidos dentro de la reserva nacional Kawésqar
4. Establecer un plan y cronograma de cierre y retiro de los centros de cultivo de salmónidos dentro de la reserva nacional Kawésqar.
ACUICULTURA
El instrumento que podría llevar a cabo este proceso es el plan de manejo de la reserva nacional Kawésqar, en elaboración desde 2019 y que hoy enfrenta duros cuestionamientos.
Para la industria acuícola, dicho plan significaría el fin de esta actividad en Magallanes, pues la considera una amenaza a los objetos de preservación allí definidos.
“Estos objetos de conservación son genéricos, tales como los fiordos y canales, el fondo marino o el litoral marino. Con esa definición tan amplia cualquier actividad industrial en los 2,6 millones de hectáreas se entiende como una amenaza. De mantenerse las restricciones propuestas, el 50% de las concesiones no podrán renovarse, las solicitudes no continuarán su trámite y será imposible modificar los proyectos ya aprobados. También se establecen restricciones al movimiento de embarcaciones, en definitiva, es el cierre de la actividad salmonera en Magallanes”, dijo Carlos Odebret, presidente de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes.
A su vez, Francisca Rojas, gerenta general de este gremio, insistió en este punto. “El plan es muy explícito al señalar que no se puede renovar las concesiones que están dentro de la reserva. Por lo tanto, cuando tú tienes una industria que tiene fecha vencimiento, se limita de inmediato las inversiones que se puedan realizar hoy, lo que sería una situación muy dramática, considerando que la industria cuenta con más de 4.000 personas contratadas y genera más de 600 millones de dólares de exportación para la región, lo que representa más de 22% del PIB”.
PLAN DE MANEJO
El director regional de Conaf, Arturo Rojas, explicó los alcances del plan de manejo de la Reserva Nacional Kawésqar, el cual aún está en etapa de borrador.
“¿De dónde vienen los reparos?... Simplemente, es porque el Plan de Manejo no los reconoce (a la industria acuícola) como actividad productiva... El Plan de Manejo no permite la explotación de especies exóticas dentro del área silvestre nacional. Eso les preocupa a los salmoneros. Ellos están explotando animales exóticos, que no son oriundos del país, y ellos están explotando áreas que fueron catalogadas como Triple A (Áreas Aptas para la Acuicultura) y esas áreas Triple A, se concentran en el área kawésqar, no así en otras áreas fuera de la región que podrían transformar en futuras áreas de explotación”.
Cabe recordar que los espacios Triple A, fueron generados durante la segunda administración Piñera y permitieron que un buen número de centros de cultivo de la región abandonara los parques nacionales y se trasladara a estos territorios.
¿PARTICIPACIÓN?
Frente a las críticas de falta de participación, Arturo Rojas dijo que ha sido constante de estos procesos que haya una participación pobre, durante su desarrollo y especialmente, al momento de generar los documentos finales.
“(Dirigentes) no contribuyen a la gestación de un plan de manejo y casi siempre no están de acuerdo con el resultado final. Casi siempre, el que más grita es al que más escuchan”, declaró el funcionario.
CONTROVERSIA
Para la industria acuícola, en cambio, los planes de manejo de Conaf para la reserva nacional Kawésqar y los parques nacionales Kawésqar y Bernardo O’Higgins, están lejos de ser fruto de un proceso legítimo y apuntan, incluso, a una eventual “captura” de la institucionalidad por las ONG internacionales, para lo cual acudieron a la Contraloría a comienzos de año.
La gerenta de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, Francisca Rojas, expresó: “Hubo un financiamiento por parte de la ONG Pew y ellos habrían financiado indirectamente la elaboración de este plan de manejo”.
Conaf, en cambio, minimiza la participación de la ONG y sostiene enfáticamente que la formulación de esta política pública, en definitiva, es responsabilidad de ellos.
“Pew no está detrás del plan de manejo, sino que traspasaron fondos a la Universidad Austral, la que permitió a nosotros, tras los fondos, contratar a profesionales para realizar investigaciones que entregaran información en el plan de manejo. Pero no son miles de millones de pesos. A nosotros nos traspasaron 70 millones de pesos”.
La ONG Pew confirmó este aserto. “Estos acuerdos de colaboración no establecieron obligaciones de control, ni de decisión, sobre el manejo de las áreas silvestres protegidas, rol que recae legalmente en Conaf, como representante del Estado de Chile”.
En cuanto a la normativa que atañe a la reserva, la ONG indicó que ésta surgió “en respuesta a una demanda de la mayoría del pueblo Kawésqar, expresada en una consulta indígena, donde expresaron su deseo de proteger el futuro cultural y ecosistémico de estas áreas, protegiéndolas de actividades industriales y, a la vez, preservando el uso tradicional y la pesca artesanal, entre otras”, concluyó la ONG.
REUNIONES
Esta semana, el senador Alejandro Kusanovic se reunió con integrantes de comunidades indígenas, representantes de la pesca artesanal y de la acuicultura, para abordar la preocupación que existe en torno al Plan de Manejo para la reserva Kawésqar, que Conaf encomendó elaborar a la ONG extranjera Pew, debido a los efectos que tendría para la región y sus habitantes.
KAWÉSQAR
Tras la cita, Juan González Álvarez, integrante de la comunidad Kawésqar Anacón Sin Salida, planteó que hay preocupación por la intervención de foráneos que pretenden afectar el diario vivir de las comunidades, indicando que “el plan fue elaborado por gente de afuera que no conoce la realidad de la región, quizá en algún momento visitó la región, pero lamentablemente nos hemos dado cuenta nosotros como indígenas que esto puede ser perjudicial para todo sector que trabaja en la región, sea de donde sea, esto es transversal, no es de izquierda o de derecha, se nota que quieren apoderarse de toda la región a través de parques y diferentes cosas que yo creo que hay que evitar”.
PESCADORES
Por su lado, Patricio Ampuero, presidente del Sindicato Independiente de Pescadores y Armadores Artesanales, planteó que “para la pesca artesanal este plan es nefasto por la magnitud de áreas que abarca, que son más de dos millones 600 mil hectáreas y también porque nos califican de amenaza, nosotros nunca fuimos convocados desde el inicio, solo cuando tenían todo avanzado empezaron a convocarnos y sumarnos. Tenemos claro el perjuicio que esto tiene, es un retroceso para toda la región, es un Plan elaborado de forma autoritaria y sin consolidarse con las bases”.
KUSANOVIC
Finalmente, el senador Kusanovic, junto con apoyar a los gremios y las comunidades, rechazó categóricamente el plan que está elaborando la ONG Pew:
“Es una vergüenza lo que están haciendo, es un atentado contra el desarrollo económico y quieren destruir el futuro de la región, los magallánicos tenemos que despertar y unirnos para frenar esta locura. No puede ser que gente de afuera y a nuestras espaldas estén formulando planes que frenan todo tipo de desarrollo en el territorio, esto no puede seguir avanzando y las autoridades regionales tienen que comprometerse con quienes habitamos la región”, sostuvo el parlamentario.
Barría
El candidato a gobernador regional por Magallanes, José Barría, ingresó un Recurso de Reposición dirigido al director nacional de la Conaf, para frenar el avance del Plan de Manejo de la Reserva Nacional Kawésqar en las condiciones que se ha redactado hasta el momento.
Indicó que lo hace en representación de los intereses de las comunidades magallánicas y actividades productivas y desarrollo de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena, en particular de las actividades de la pesca artesanal y salmonicultura, con el objetivo de una adecuada compatibilización de las múltiples actividades que se pueden realizar en el borde costero.
STIPICIC
Finalmente, la concejala de Punta Arenas, Alicia Stipicic, calificó este hecho como un acto de “colonialismo disfrazado de ecologismo. El hecho de que la Corporación Nacional Forestal permita que una ONG extranjera, a espaldas de la ciudadanía, defina el funcionamiento de una parte del territorio de Chile y se impida a las comunidades locales explotar comercialmente el suelo, es una maniobra del Gobierno, que debe ser aclarada y se tiene que transparentar esta situación”.